La Ciudad de México ha experimentado cambios significativos en su enfoque hacia la salud pública en la última década. Uno de los cambios más notables fue la eliminación de los saleros de las mesas en restaurantes y establecimientos de comida, una medida que se implementó en 2013 como parte de la campaña ‘Menos Sal, Más Salud’. Esta iniciativa, impulsada por la Secretaría de Salud de la ciudad, tenía como objetivo reducir el consumo de sal entre los capitalinos, en un esfuerzo por combatir las enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte en el país.
**La Campaña ‘Menos Sal, Más Salud’**
La campaña ‘Menos Sal, Más Salud’ fue lanzada en un contexto donde el consumo excesivo de sal se había convertido en un problema de salud pública. En México, se estima que la población consume un 150% más de sal de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sugiere un límite de cinco gramos diarios. Este exceso de sal está vinculado a la hipertensión arterial, una condición que afecta a más del 40% de la población adulta y que, en muchos casos, permanece sin diagnóstico.
La eliminación de los saleros de las mesas no solo buscaba evitar que los comensales añadieran más sal a sus platillos, sino también generar conciencia sobre la cantidad de sodio que se consume en general. Aunque la medida no prohibió la sal en los restaurantes, sí limitó su disponibilidad, obligando a los clientes a solicitarla si la deseaban. Esta estrategia ha sido replicada en otras entidades del país, como Colima y Nuevo León, donde se han implementado iniciativas similares para reducir el consumo de sal.
**El Consumo de Sodio en México**
A pesar de la eliminación de los saleros, el problema del consumo excesivo de sodio persiste. Un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) indica que la ingesta adecuada de sodio podría prevenir cerca de 47 mil muertes anuales por enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, la hipertensión y otros problemas relacionados con el sodio continúan siendo un desafío para el sistema de salud en la Ciudad de México.
El sodio, aunque esencial para el funcionamiento del cuerpo, puede ser perjudicial en exceso. Se encuentra no solo en la sal de mesa, sino también en una variedad de alimentos, incluidos productos procesados como pan, carnes curadas y snacks. Un estudio reciente reveló que el consumo promedio de sodio en la Ciudad de México es de 3.5 gramos al día, con los principales contribuyentes siendo el pan, las carnes procesadas y los quesos.
La OMS advierte que el consumo excesivo de sodio está relacionado con un aumento en la presión arterial, lo que incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer gástrico, obesidad y otros problemas de salud. La retención de agua en el cuerpo, provocada por el exceso de sodio, puede llevar a un aumento de la presión en los vasos sanguíneos, lo que obliga al corazón a trabajar más y puede agravar condiciones preexistentes en personas con enfermedades cardíacas.
**Alternativas para Reducir el Consumo de Sodio**
Además de la eliminación de los saleros, se han implementado otras medidas para reducir el consumo de sodio en la población. Estas incluyen el etiquetado de alimentos y la prohibición de la venta de comida chatarra en escuelas. Sin embargo, estas medidas han sido objeto de críticas y debates sobre su efectividad y aceptación social.
Desde el hogar, los consumidores pueden adoptar prácticas más saludables, como utilizar especias y hierbas para sazonar los alimentos en lugar de sal. También es recomendable optar por vegetales frescos y verificar las etiquetas de los productos procesados para evitar aquellos con alto contenido de sodio. Al elegir carnes, es preferible optar por opciones frescas y magras en lugar de embutidos o productos curados, que suelen contener más sodio.
La sal, aunque a menudo demonizada, es un nutriente esencial en cantidades adecuadas. Ayuda a regular el equilibrio de líquidos en el cuerpo y es crucial para la función celular y la transmisión de señales en el sistema nervioso. Por lo tanto, los expertos sugieren que en lugar de eliminarla por completo, se debe integrar de manera adecuada en una dieta equilibrada, lo que no solo ayuda a reducir riesgos de salud, sino que también mantiene el sabor de los alimentos.
La lucha contra la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares en México es un desafío continuo. A medida que se implementan nuevas políticas y se promueven hábitos alimenticios más saludables, es fundamental que la población esté informada y comprometida con su salud para lograr un impacto positivo en la calidad de vida de todos los ciudadanos.