La riqueza cultural de México se manifiesta de diversas maneras, y una de las más destacadas es a través de la artesanía. En un esfuerzo por dignificar el trabajo de las mujeres artesanas y resaltar su importancia en la economía local, la Fundación ADO organizó la Feria Artesanal en la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente (TAPO). Este evento, que tuvo lugar del 13 al 16 de agosto, se convirtió en un punto de encuentro para artesanas de diferentes estados del país, quienes compartieron su arte, su historia y la esencia de sus comunidades.
La Feria Artesanal no solo fue un espacio para la venta de productos, sino también una plataforma para mostrar el talento y la tradición que cada artesana lleva consigo. Desde textiles y huipiles hasta joyería y alimentos tradicionales, cada pieza exhibida en la feria contaba una historia única. Las artesanas provenían de estados como Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Tabasco, Puebla y el Estado de México, entre otros, y cada una de ellas aportó su propia perspectiva cultural a este evento.
### Un Espacio para la Dignificación del Trabajo Artesanal
La Fundación ADO ha implementado una serie de iniciativas que buscan no solo promover la venta de productos artesanales, sino también empoderar a las mujeres indígenas que participan en estos proyectos. A través de capacitaciones y acompañamiento profesional, las artesanas han podido diversificar sus productos y crear sus propias marcas. Este enfoque no solo ayuda a mejorar la calidad de los productos, sino que también permite a las mujeres generar ingresos de manera más sostenible.
Andrés Pérez Peña Campos, gerente de la Fundación ADO, enfatizó la importancia de crear espacios que fomenten el consumo local. «La mayoría de ellas no solo representan a sus comunidades, representan una lucha constante por dignificar su trabajo en un país donde, tristemente, aún se regatea la cultura», afirmó. Este tipo de ferias no solo benefician a las artesanas, sino que también contribuyen a la economía local, ya que permiten que lo que normalmente se vendería en un año, se comercialice en solo unos días.
Entre las participantes, se destacó Elizabeth Flores Simbrón, quien presentó sus salsas «El Papán», un homenaje a su lugar de origen, Papantla, Veracruz. «Es un parteaguas muy importante, nos permite llegar a otros lugares y dar a conocer nuestros productos. Eso le da mucha plusvalía y nos motiva a mejorar en diseño, ingredientes, que son orgánicos, sin conservadores ni químicos», compartió. Esta experiencia no solo ha sido un impulso para su negocio, sino también una forma de conectar con su identidad cultural.
### Historias de Resiliencia y Creatividad
La Feria Artesanal también fue un espacio para escuchar historias inspiradoras de resiliencia y creatividad. Grisel, vocera de Tango Xiut, una marca de mazapanes artesanales creada por su hija de 14 años, compartió cómo su familia elabora dulces únicos utilizando pulpas de frutas naturales. «Hemos desarrollado opciones sin azúcar y una innovadora línea de mazapanes personalizados con impresión comestible», comentó. Este tipo de iniciativas no solo promueven la creatividad, sino que también ofrecen alternativas saludables en un mercado donde la innovación es clave.
Desde la Sierra Sur de Oaxaca, Yolanda Juárez García llegó en representación de un colectivo de más de 200 mujeres que trabajan la palma y el bordado tradicional. «Cada pieza que hacemos no es solo artesanía, es resistencia, es identidad y la voz de muchas mujeres que crean con las manos la historia de nuestros pueblos», expresó. Esta afirmación resuena con la misión de la Fundación ADO de empoderar a las mujeres y reconocer su trabajo como un arte valioso.
La feria no solo se centró en la venta de productos, sino que también buscó generar un cambio cultural en la percepción del trabajo artesanal. Pérez Peña Campos hizo un llamado a erradicar el regateo y a valorar el trabajo artesanal como arte. «Esto de la ropa hecha a mano en Europa es alta costura y aquí sigue siendo artesanía. Tenemos que defender estos productos», afirmó. Este cambio de mentalidad es crucial para asegurar que las artesanas reciban el reconocimiento y la compensación que merecen por su trabajo.
La Feria Artesanal de Fundación ADO es un claro ejemplo de cómo la cultura y la economía pueden entrelazarse para crear un impacto positivo en las comunidades. Al brindar un espacio para que las artesanas muestren su trabajo, se fomenta no solo el consumo local, sino también el respeto y la valoración de las tradiciones culturales que forman parte de la identidad mexicana. La labor de estas mujeres es un testimonio de la riqueza cultural del país y de la importancia de apoyar iniciativas que promuevan su trabajo y su legado.