El judo, un arte marcial que se caracteriza por su sutileza y técnica, ha encontrado en Prisca Alcaraz a una de sus más grandes embajadoras en México. Su historia no solo se entrelaza con la búsqueda de la excelencia deportiva, sino que también representa un cambio significativo en la percepción del judo en el país. Alcaraz, quien se convirtió en la primera mexicana en ganar una medalla olímpica en judo durante los Juegos Olímpicos de París 2024, ha demostrado que la perseverancia y la autoconfianza son claves para alcanzar el éxito en un deporte que, a menudo, pasa desapercibido en comparación con otras disciplinas más populares.
La trayectoria de Prisca comenzó en Enfield, al norte de Londres, donde nació en 1996. Hija de un padre keniano y una madre mexicana, su conexión con el judo se forjó desde temprana edad, influenciada por su hermano mayor, Philip. A los ocho años, comenzó a practicar este deporte en el Enfield Judo Club, donde recibió una formación rigurosa en un entorno europeo que ha producido numerosos atletas de élite. Sin embargo, su camino hacia el podio olímpico no fue sencillo. En 2022, decidió mudarse a México y unirse a la selección nacional, un cambio que implicó adaptarse a un nuevo estilo de entrenamiento y a una cultura deportiva diferente.
La adaptación al equipo mexicano no fue fácil. Alcaraz se enfrentó a desafíos significativos, desde la variación en los recursos hasta las diferencias en la preparación física y mental. Sin embargo, su determinación y su capacidad para integrar lo aprendido en su formación británica le permitieron sobresalir. «Siento que agregué mucho a lo que ya tenía el equipo», afirma, reflejando su compromiso con el crecimiento del judo en México.
El camino hacia la medalla olímpica estuvo lleno de obstáculos, pero la clave para superar estos retos fue la autoconfianza. Alcaraz admite que uno de sus mayores desafíos fue creer en sí misma y en su capacidad para competir al más alto nivel. «Poco a poco fui mejorando mis resultados y fui creyendo que podía estar en un podio olímpico, hasta que lo creí», comparte. Esta mentalidad positiva fue fundamental en su desempeño en París, donde, a pesar de no ganar la final, logró un lugar en la historia del deporte mexicano.
La preparación mental es un aspecto crucial en el judo, y Prisca ha encontrado en la música una herramienta para calmar los nervios y concentrarse antes de cada combate. Escuchar música tranquila entre combates y algo más intenso justo antes de entrar al tatami le permite canalizar su energía y mantenerse enfocada. Esta rutina, junto con su mantra personal de que todos los competidores tienen los mismos recursos, la ha llevado a desarrollar una mentalidad competitiva sólida.
El impacto de su medalla olímpica ha sido profundo. Alcaraz ha notado un aumento en el interés por el judo en México, con más inscripciones en dojos y un mayor reconocimiento del deporte. «Ya la gente está conociendo el judo. Antes, muchos ni siquiera sabían que existía», comenta, subrayando su papel como embajadora del judo en el país. Su éxito no solo ha inspirado a jóvenes atletas, sino que también ha contribuido a cambiar la narrativa en torno a este deporte en México.
La responsabilidad que siente como pionera en el judo mexicano es palpable. Alcaraz reconoce que su papel va más allá de ser una atleta; ahora es un referente para las nuevas generaciones. «Es algo muy bonito, y también una gran responsabilidad. Sé que ahora voy a competir con los ojos de mucha gente sobre mí», dice, consciente de la presión que conlleva ser un modelo a seguir.
Además de su éxito en el tatami, Prisca también aboga por la importancia de la salud mental en el deporte. Reconoce que, en un deporte de contacto como el judo, la fortaleza mental es tan crucial como la física. A través de su trabajo con psicólogos, ha aprendido a manejar la presión y a enfrentar los altibajos que vienen con la competencia. «Los bajones después de perder una competencia o de no tener un buen resultado son duros, pero hablar las cosas, expresarlas, siempre ayuda», afirma, resaltando la importancia de cuidar la salud mental en el deporte.
Con una medalla olímpica colgando de su cuello, la historia de Prisca Alcaraz apenas comienza. Su legado no solo se mide en logros personales, sino en el impacto que ha tenido en el judo mexicano y en la inspiración que ofrece a futuros atletas. A medida que continúa su carrera, está lista para enfrentar nuevos desafíos y seguir rompiendo barreras en un deporte que, gracias a su esfuerzo, está ganando el reconocimiento que merece.