La situación en Gaza ha sido un tema de gran preocupación internacional, especialmente tras la reciente tregua entre Israel y Hamás, que se ha mantenido durante un mes. Este acuerdo, impulsado por la mediación de Estados Unidos, ha permitido un respiro temporal en un conflicto que ha durado más de dos años. Sin embargo, la paz sigue siendo frágil y está marcada por la incertidumbre, el retorno de rehenes y la continua violencia en la región.
**El Regreso de los Rehenes y la Situación Humanitaria**
Uno de los aspectos más destacados de este mes de tregua ha sido la liberación de rehenes. Hamás liberó el 13 de octubre a los últimos 20 rehenes que permanecían en Gaza, todos hombres, a cambio de la liberación de aproximadamente 2.000 prisioneros palestinos. Este intercambio ha sido un paso significativo, aunque no exento de controversia. Los rehenes liberados han regresado a sus hogares con diversos estados de salud física y mental, lo que subraya el impacto del conflicto en las vidas de las personas involucradas.
A pesar de la liberación de los rehenes, la situación humanitaria en Gaza sigue siendo crítica. Según informes de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), la entrada de ayuda humanitaria ha sido insuficiente. En un mes de tregua, solo se han recibido 5.420 tiendas de campaña, muy por debajo de las 190.000 que se habían previsto en el acuerdo. La población de Gaza necesita entre 500 y 600 camiones de ayuda diaria, pero las restricciones impuestas por Israel han reducido drásticamente esta cifra. Muchos materiales necesarios para la reconstrucción y el bienestar de la población son catalogados como de «uso dual», lo que impide su entrada en la región.
La situación se complica aún más con el alto número de muertos y heridos. Desde el inicio de la tregua, se han reportado 242 palestinos muertos y 619 heridos a causa de disparos israelíes. Además, se estima que alrededor de 10.000 personas siguen desaparecidas, lo que añade una capa de desesperación a la ya crítica situación humanitaria.
**La Tregua y la Violencia en Cisjordania**
La tregua ha sido un alivio temporal, pero no ha estado exenta de tensiones. Durante el primer mes, se produjeron dos jornadas en las que se temió por la ruptura del alto el fuego. En ambas ocasiones, Israel acusó a militantes de Hamás de atacar a sus tropas, lo que llevó a represalias que resultaron en la muerte de alrededor de 150 personas. A pesar de estos incidentes, el alto el fuego se ha mantenido, aunque la desconfianza entre ambas partes sigue siendo palpable.
Mientras tanto, la violencia en Cisjordania ha aumentado. Durante la temporada de recogida de aceitunas, se han registrado 1.584 agresiones del Ejército israelí, así como 536 ataques de colonos, la cifra más alta desde que se iniciaron los registros en 2013. Estos ataques incluyen agresiones físicas, la quema de campos y la destrucción de olivos, lo que agrava aún más la situación de los palestinos en la región.
Israel ha continuado con la expansión de asentamientos ilegales en Cisjordania, con la licitación de 5.667 nuevas viviendas, lo que representa un aumento del 48% en comparación con el récord anterior. Esta expansión no solo afecta a la población palestina, sino que también complica aún más cualquier intento de alcanzar una paz duradera.
**Perspectivas Futuras y la Segunda Fase del Acuerdo**
La tregua actual se encuentra en su primera fase, que se centra en el intercambio de rehenes y la reducción de la violencia. La segunda fase del acuerdo, que aún no ha sido implementada, contempla la desmilitarización de Gaza, el despliegue de una fuerza internacional de estabilización y un programa de reconstrucción que cuenta con el apoyo de países musulmanes. Sin embargo, la falta de confianza entre las partes y la situación en el terreno complican la posibilidad de avanzar hacia esta segunda fase.
El acuerdo ha sido supervisado por Estados Unidos, que ha enviado representantes a la región para garantizar su cumplimiento. Sin embargo, el Parlamento israelí solo ha aprobado la primera fase del plan, lo que sugiere que se necesitarán nuevas negociaciones para concretar la retirada militar y los plazos para la implementación de las siguientes etapas.
La situación en Gaza y Cisjordania sigue siendo volátil, y la comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de los acontecimientos. La paz duradera en la región parece aún lejana, y los desafíos humanitarios y políticos continúan siendo enormes. A medida que se cumplen las semanas de tregua, la esperanza de un futuro más estable y pacífico para los habitantes de Gaza y Cisjordania se enfrenta a la dura realidad de un conflicto que ha dejado profundas cicatrices en ambas partes.
