Las relaciones entre Colombia y Estados Unidos han experimentado un nuevo capítulo de tensión tras la decisión del Departamento de Estado estadounidense de revocar la visa del presidente colombiano, Gustavo Petro. Este acontecimiento se produce en un contexto de creciente desavenencia entre ambos países, especialmente en lo que respecta a la política internacional y la postura de Petro sobre el conflicto en Gaza.
**Un Llamado a la Desobediencia**
El presidente Petro se encontraba en Nueva York participando en una manifestación a favor de Palestina cuando hizo un llamado a los soldados estadounidenses para que desobedecieran las órdenes del presidente Donald Trump en relación con el conflicto en Gaza. Esta declaración, que fue considerada por muchos como una provocación, llevó a la revocación de su visa, un acto que Petro ha calificado como una violación del derecho internacional. En sus propias palabras, el mandatario colombiano expresó: «El que se me quite la visa por pedirle al ejército de Estados Unidos y de Israel que no apoyen un genocidio, que es un crimen contra la humanidad toda, demuestra que el Gobierno de Estados Unidos ya no cumple con el derecho internacional».
Petro, quien también se ha manifestado en contra de la guerra de Israel en Gaza, ha sido un crítico abierto de las políticas de Trump. En su cuenta de X, el presidente colombiano afirmó que no le importa la revocación de su visa, ya que se considera un ciudadano libre del mundo, además de ser ciudadano europeo. Esta declaración refleja su postura desafiante frente a la política exterior de Estados Unidos y su deseo de posicionar a Colombia como un actor independiente en el escenario internacional.
**Un Contexto de Relaciones Tensas**
La revocación de la visa de Petro no es un incidente aislado, sino que se inscribe en un patrón de relaciones tensas entre Colombia y Estados Unidos desde que Trump asumió la presidencia por segunda vez. En enero de 2025, el presidente colombiano tomó la decisión de impedir el aterrizaje de vuelos militares estadounidenses que transportaban inmigrantes deportados, lo que provocó una amenaza de Trump de imponer sanciones y aranceles a Colombia. Este episodio marcó un punto bajo en las relaciones bilaterales, que se han visto afectadas por la política migratoria y la lucha contra el narcotráfico.
A pesar de las tensiones, Petro logró evitar un desastre económico y diplomático al alcanzar un acuerdo con Estados Unidos sobre los vuelos de deportación. Sin embargo, la situación se complicó aún más en julio, cuando ambos países decidieron retirar a sus embajadores para consultas tras las acusaciones de Petro sobre la supuesta implicación de funcionarios estadounidenses en un intento de golpe de Estado en su contra. Estas declaraciones fueron descalificadas por el Departamento de Estado, que las calificó de «infundadas y censurables».
En septiembre de 2025, Estados Unidos también «descertificó» la lucha del gobierno de Petro contra el narcotráfico, alegando que no había cumplido con sus obligaciones en el último año. Esta decisión fue criticada por el presidente colombiano, quien argumentó que las Fuerzas Armadas de Colombia habían realizado confiscaciones de cocaína sin precedentes. La relación entre ambos países se ha vuelto cada vez más compleja, con Petro adoptando una postura más crítica hacia la política estadounidense en la región.
**Un Legado de Revocaciones de Visa**
La revocación de la visa de Gustavo Petro no es un hecho sin precedentes en la historia de Colombia. En 1996, el entonces presidente Ernesto Samper también vio su visa cancelada en medio de un escándalo político relacionado con el financiamiento de su campaña por parte del Cartel de Cali. Este tipo de acciones por parte de Estados Unidos han sido vistas como una herramienta de presión sobre los líderes colombianos, especialmente en momentos de crisis política o de desacuerdo con la política estadounidense.
A pesar de ser el principal socio comercial de Colombia y su mayor aliado en la lucha contra el narcotráfico, Estados Unidos ha utilizado la revocación de visas como un medio para influir en la política interna colombiana. La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones bilaterales y el papel de Colombia en el contexto internacional, especialmente en un momento en que el país busca fortalecer su independencia y su voz en temas globales como el conflicto en Gaza.
La postura de Petro y su rechazo a las políticas de Trump marcan un cambio significativo en la diplomacia colombiana, que podría tener repercusiones en la política exterior del país en los próximos años. La revocación de su visa es solo un síntoma de las tensiones más profundas que existen entre Colombia y Estados Unidos, y plantea la necesidad de un diálogo más constructivo y respetuoso entre ambas naciones.