La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha salido al paso de las críticas del ex presidente Ernesto Zedillo, quien ha manifestado su desacuerdo con el regreso de las obras públicas en el país. Durante una reciente conferencia de prensa, Sheinbaum argumentó que la oposición de Zedillo se debe a su inconformidad con el enfoque del actual gobierno hacia la inversión pública, en contraste con la política de privatización que él promovió durante su mandato.
### La Defensa de la Obra Pública
Sheinbaum destacó que el regreso de proyectos de infraestructura como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas es un signo de la revalorización de la obra pública en México. Según la presidenta, estas iniciativas no solo son necesarias para el desarrollo económico del país, sino que también son un medio para rescatar la identidad cultural y social de las comunidades mayas. «El Tren Maya va lleno y pone en alto a la gran nación maya y el origen que son sus pueblos», afirmó, defendiendo la importancia de estos proyectos para fomentar el turismo y la economía local.
La mandataria también criticó la postura de Zedillo, quien, según ella, no puede estar en desacuerdo con el regreso de los trenes de pasajeros, dado que fue él quien privatizó este servicio en el pasado. Sheinbaum enfatizó que la oposición a las obras públicas por parte de Zedillo y otros ex funcionarios se basa en un deseo de mantener el control sobre el sector privado, que, a su juicio, ha llevado a la concesión de recursos públicos a intereses privados.
En su defensa, Sheinbaum mencionó que el gobierno ha utilizado recursos públicos para rescatar carreteras y otras infraestructuras que habían sido concesionadas. Esto, según ella, es un claro indicativo de que el actual gobierno está comprometido con el bienestar de la población y no con la privatización de los servicios esenciales.
### Auditorías y Transparencia
Un punto clave en la discusión fue la propuesta de Zedillo de realizar auditorías externas a las obras del Tren Maya y la refinería de Dos Bocas. Sheinbaum respondió que la Auditoría Superior de la Federación ya ha llevado a cabo las revisiones necesarias y que los resultados han sido transparentes. La presidenta cuestionó la efectividad de las auditorías realizadas durante el mandato de Zedillo, sugiriendo que estas no fueron más que un intento de desviar la atención de los problemas que él mismo creó durante su administración.
La mandataria también se refirió a la controversia en torno al Fobaproa, un programa de rescate bancario que ha sido objeto de críticas por su falta de transparencia y por la forma en que se manejaron las deudas. Sheinbaum argumentó que los resultados de las auditorías realizadas en ese momento revelaron una discrecionalidad preocupante en la toma de decisiones, lo que pone en duda la legitimidad de las acciones de Zedillo en el pasado.
La presidenta concluyó su intervención reafirmando su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión de las obras públicas. Aseguró que su administración está abierta a la supervisión y que cualquier intento de Zedillo por cuestionar la integridad de las obras actuales es un intento de desviar la atención de los problemas que él mismo dejó sin resolver.
El debate entre Sheinbaum y Zedillo refleja una lucha más amplia sobre la dirección que debe tomar México en términos de desarrollo económico y social. Mientras que la actual administración aboga por un enfoque centrado en la inversión pública y la recuperación de la soberanía sobre los recursos, los críticos continúan defendiendo la privatización como una solución viable para los problemas económicos del país. Esta discusión no solo es relevante para el presente, sino que también sentará las bases para el futuro del desarrollo en México y la forma en que se gestionan los recursos públicos.