En un reciente encuentro con la prensa, la presidenta Claudia Sheinbaum abordó las críticas que ha recibido de parte de la oposición, en particular de figuras del Partido Acción Nacional (PAN). Durante su intervención, Sheinbaum no escatimó en palabras al calificar a los opositores como «caraduras» por intentar presentarse como defensores de la pureza política, a pesar de sus antecedentes cuestionables. La mandataria se refirió específicamente a Jorge Romero, dirigente del PAN, y a Ricardo Anaya, coordinador de los senadores panistas, aunque evitó mencionar sus nombres directamente.
La presidenta recordó que Anaya había sido investigado por recibir dinero a cambio de aprobar la reforma energética, mientras que Romero había estado vinculado a un «cártel inmobiliario». Con estas afirmaciones, Sheinbaum buscó deslegitimar las críticas que estos políticos han lanzado hacia su administración, sugiriendo que su pasado los inhabilita para criticar a otros. «Se quieren presentar como puros, pero su historia habla por sí misma», afirmó.
### Críticas a los Ex Presidentes del INE
En el mismo contexto, Sheinbaum dirigió sus críticas hacia Lorenzo Córdova, ex presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), y a otros ex funcionarios del organismo. La presidenta recordó el episodio del fraude electoral cuando Córdova estaba al frente, donde se negó a abrir las casillas para un recuento a pesar de la presión popular. «Ellos son libres de expresarse como quieran, pero nosotros también tenemos derecho a hablar de su trayectoria», enfatizó.
La mandataria también hizo hincapié en las posturas racistas que, según ella, han caracterizado a Córdova. «¿Cómo es posible que el presidente del INE hable de pueblos indígenas de manera burlona, racista y clasista?», cuestionó Sheinbaum, subrayando que el INE debería ser un defensor de la democracia y no un promotor de actitudes discriminatorias. En este sentido, mencionó que en la última edición de los libros de texto ya no se menciona a Córdova, lo que, según ella, refleja un cambio en la percepción pública sobre su figura.
### La Estrategia de Comunicación de Sheinbaum
La presidenta ha adoptado una estrategia de comunicación directa y confrontativa, que busca no solo defender su administración, sino también atacar las debilidades de sus opositores. Este enfoque parece ser parte de un esfuerzo más amplio para consolidar su imagen ante la ciudadanía, especialmente en un contexto político donde las elecciones se acercan y la polarización es evidente.
Sheinbaum ha enfatizado que su gobierno está comprometido con la transparencia y la rendición de cuentas, y ha instado a la oposición a hacer lo mismo. «Si quieren criticar, que lo hagan, pero que también se revisen a sí mismos», dijo, sugiriendo que la oposición debería mirar hacia su propio pasado antes de lanzar acusaciones. Esta táctica no solo busca desviar la atención de las críticas, sino también reforzar su base de apoyo entre los votantes que valoran la honestidad y la integridad en la política.
Además, la presidenta ha utilizado las redes sociales y otros medios de comunicación para difundir su mensaje, asegurándose de que su voz llegue a un público amplio. A través de estas plataformas, ha podido responder rápidamente a las acusaciones y presentar su versión de los hechos, lo que le permite mantener el control de la narrativa en un entorno mediático a menudo hostil.
En resumen, la presidenta Claudia Sheinbaum ha decidido no quedarse callada ante las críticas de la oposición, utilizando su plataforma para descalificar a aquellos que considera hipócritas. Su enfoque directo y confrontativo podría ser visto como una estrategia arriesgada, pero también refleja una confianza en su administración y en su capacidad para enfrentar los desafíos políticos que se avecinan. A medida que se acercan las elecciones, será interesante observar cómo esta dinámica se desarrolla y qué impacto tendrá en la percepción pública de su gobierno y de la oposición.