En una reciente conferencia matutina, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, abordó la regulación de las actividades de los agentes de Estados Unidos en el país, enfatizando que estas operaciones están sujetas a un marco legal claro. Durante su intervención, Sheinbaum aseguró que los agentes estadounidenses tienen definidas sus atribuciones y operan dentro de los límites establecidos por la ley mexicana. Esta declaración surge en un contexto donde las relaciones entre México y Estados Unidos han sido objeto de análisis y debate, especialmente en lo que respecta a la injerencia de agentes extranjeros en asuntos internos.
La mandataria destacó que, a diferencia de administraciones anteriores, como la de Felipe Calderón, donde se percibía una mayor injerencia estadounidense, actualmente existe un enfoque más equilibrado y respetuoso en las relaciones bilaterales. Sheinbaum subrayó que la regulación de las actividades de estos agentes fue una de las reformas implementadas durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, lo que refleja un cambio significativo en la política exterior de México. Según la presidenta, esta regulación se ha incorporado a la Constitución y establece que los agentes deben contar con permisos específicos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, además de enviar informes mensuales sobre sus actividades.
La presidenta también hizo hincapié en que las funciones de los agentes estadounidenses en México están limitadas a actividades de enlace para el intercambio de información, prohibiendo cualquier ejercicio de autoridad que corresponda a las instituciones mexicanas. Esta medida busca evitar cualquier tipo de injerencia directa en la soberanía nacional y garantizar que las operaciones de los agentes se realicen de manera transparente y regulada. Sheinbaum argumentó que la fortaleza del gobierno mexicano radica en su cercanía con el pueblo, lo que, según ella, es fundamental para mantener una relación de respeto mutuo con Estados Unidos.
### Relación Bilateral y Propuesta de Movilización
En el mismo contexto, Claudia Sheinbaum anunció que, tras las elecciones judiciales, presentará una propuesta de movilización en contra de un posible impuesto a las remesas que Estados Unidos podría implementar. La presidenta expresó su firme oposición a esta medida, argumentando que no beneficiaría ni a México ni a Estados Unidos. En su discurso, Sheinbaum mencionó que un equipo de senadores y representantes del gobierno mexicano viajará a Estados Unidos para dialogar con senadores republicanos y con la comunidad mexicana en el extranjero, con el objetivo de hacerles saber que este impuesto no es aceptable.
La preocupación por el impacto que tendría un impuesto a las remesas es significativa, dado que estas representan una fuente crucial de ingresos para muchas familias en México. Las remesas son un pilar de la economía mexicana, y cualquier medida que busque gravarlas podría tener repercusiones negativas en la calidad de vida de millones de mexicanos. La presidenta enfatizó que el gobierno de México está comprometido a defender los intereses de sus ciudadanos en el extranjero y a trabajar dentro del marco legal estadounidense para evitar que se implemente este tipo de gravámenes.
Sheinbaum también recordó que la relación entre México y Estados Unidos debe basarse en el respeto mutuo y la cooperación, y que es fundamental que ambas naciones trabajen juntas para abordar los desafíos comunes. La presidenta subrayó que la fuerza del pueblo mexicano es la mejor defensa contra cualquier intento de injerencia externa, y que el gobierno debe actuar con firmeza para proteger los derechos y el bienestar de sus ciudadanos.
En este sentido, la presidenta hizo un llamado a la unidad y a la movilización de la ciudadanía para defender sus derechos y exigir un trato justo por parte de las autoridades estadounidenses. La propuesta de movilización que se presentará busca no solo rechazar el impuesto a las remesas, sino también fortalecer la voz de los mexicanos en el extranjero y asegurar que sus intereses sean representados adecuadamente en el ámbito internacional.
La postura de Claudia Sheinbaum refleja un cambio en la narrativa política en México, donde se busca establecer una relación más equitativa y respetuosa con Estados Unidos, alejándose de la dependencia y la injerencia que caracterizaron administraciones anteriores. Este enfoque podría marcar un nuevo capítulo en la política exterior mexicana, donde la soberanía y el respeto por los derechos de los ciudadanos se convierten en prioridades fundamentales. La presidenta concluyó su intervención reafirmando su compromiso de no traicionar al pueblo de México y de trabajar incansablemente para garantizar su bienestar y dignidad en el contexto de las relaciones internacionales.