El 19 de septiembre de 1985, un devastador terremoto sacudió la Ciudad de México, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva del país. A 40 años de esta tragedia, diversas figuras del ámbito musical y cinematográfico han compartido sus experiencias y reflexiones sobre aquel fatídico día, resaltando la solidaridad y la fuerza de la comunidad mexicana ante la adversidad. Este artículo explora las vivencias de algunos de estos artistas y cómo el terremoto moldeó sus vidas y carreras.
La experiencia de Roco, vocalista de La Maldita Vecindad, es un testimonio conmovedor de la organización comunitaria que emergió tras el desastre. A sus 12 años, Roco recuerda vívidamente cómo los vecinos de su colonia se unieron para ayudar a los afectados. «La organización social de mi colonia fue impresionante. Los jóvenes y las madres se unieron para cocinar arroz y frijoles, enviándolos al centro para apoyar a los voluntarios», relata. Este sentido de comunidad no solo fue un acto de solidaridad, sino también un reflejo de la resiliencia que caracteriza al pueblo mexicano. Además, Roco menciona la labor de arquitectos voluntarios que inspeccionaron los edificios dañados, revelando la precariedad de muchas construcciones. Estos recuerdos, aunque dolorosos, son un recordatorio del espíritu de lucha y colaboración que prevaleció en medio del caos.
Por su parte, Tonio Ruiz, conocido por su trabajo en bandas como QBO y Coda, también rememora el impacto del sismo en su juventud. «Estaba afuera de la escuela, esperando la entrada de mi grupo, cuando sentí la tierra temblar. La visión de la calle moviéndose fue descomunal», recuerda. Al regresar a casa, se dio cuenta de la magnitud del desastre: la destrucción de su escuela y el caos en el centro de la ciudad. Sin embargo, lo que más le impresionó fue la respuesta de la comunidad. «La solidaridad de la gente fue abrumadora. Todos se unieron para ayudar, hombro con hombro, en medio del horror», afirma. Esta experiencia no solo marcó su adolescencia, sino que también influyó en su carrera musical, llevándolo a tocar en campamentos de damnificados y a comprender el poder de la música como herramienta de sanación y unión.
Jorge Michel Grau, cineasta y artista, también comparte su perspectiva sobre el terremoto y su legado. Para él, ser parte de la generación que vivió esta tragedia fue un catalizador para su carrera artística. «El terremoto nos motivó a salir y tocar. Nos dimos cuenta de lo que significaba para la gente tocar en la calle y llevar un poco de alegría en medio de la tristeza», comenta. Grau destaca cómo la tragedia dio origen a un movimiento social que trascendió las fronteras políticas, uniendo a la población en un esfuerzo colectivo por reconstruir y sanar. «Fue un renacimiento de la fuerza de la gente, una lección que aún resuena en la actualidad», concluye.
El legado del terremoto de 1985 no solo se encuentra en las memorias de quienes lo vivieron, sino también en la cultura popular. A lo largo de los años, diversas películas y series han abordado este tema, recordando a las víctimas y honrando la valentía de quienes ayudaron en los esfuerzos de rescate. Estas obras no solo sirven como un recordatorio de la tragedia, sino que también celebran la resiliencia y la capacidad de la comunidad para unirse en tiempos de crisis.
La conmemoración del terremoto de 1985 se ha convertido en un momento de reflexión y aprendizaje. Cada año, se realizan simulacros y actividades para recordar la importancia de la preparación ante desastres naturales. La alerta sísmica, que se activa en estas fechas, es un recordatorio de que la prevención y la educación son fundamentales para mitigar el impacto de futuros sismos. La memoria colectiva de este evento trágico ha llevado a la creación de políticas más estrictas en la construcción y la planificación urbana, buscando garantizar la seguridad de los ciudadanos.
A medida que se acerca el aniversario del terremoto, la comunidad se une para recordar no solo la pérdida, sino también la fuerza y la solidaridad que emergieron de la tragedia. Las historias de Roco, Tonio Ruiz y Jorge Michel Grau son solo algunas de las muchas voces que resuenan en este contexto, recordándonos que, a pesar de las adversidades, la humanidad tiene la capacidad de unirse y superar los momentos más oscuros. La memoria del terremoto de 1985 sigue viva, no solo en las historias de quienes lo vivieron, sino también en el espíritu indomable de un pueblo que se levanta una y otra vez.