La economía mexicana enfrenta un panorama incierto para el año 2026, con proyecciones que indican un crecimiento de apenas el 1%. Esta cifra es alarmante, ya que representa menos de la mitad de la tasa promedio de crecimiento de Latinoamérica, que se estima en 2.3%. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), México se posicionará como uno de los cuatro países con menor crecimiento en la región, junto a Bolivia, Cuba y Haití, lo que plantea serias preocupaciones sobre la estabilidad económica del país y su capacidad para recuperarse de las crisis recientes.
### Desafíos del Crecimiento Económico en México
Las proyecciones de crecimiento para México en 2025 también son desalentadoras, con una estimación de solo 0.3%. Este bajo desempeño se debe a varios factores, entre los que destacan la falta de competitividad y el debilitamiento de la demanda externa, especialmente desde Estados Unidos. La Cepal ha señalado que el crecimiento proyectado para Centroamérica y México es de 1.0%, casi la mitad de la expansión de 1.8% registrada en 2024. Esta situación se agrava por la caída del consumo privado, la baja creación de empleos y las deficiencias estructurales en los mercados laborales.
La falta de dinamismo en la inversión también ha sido un factor determinante en la desaceleración económica. A pesar de que algunos países de la región, como Guatemala, Panamá y República Dominicana, están mostrando un desempeño más dinámico con tasas superiores al 3.5%, México parece estar estancado. La Cepal ha advertido que, en el contexto actual, ocho países de la región crecerán menos de 2%, lo que podría llevar a una tercera década perdida para Latinoamérica si no se implementan medidas efectivas para estimular el crecimiento.
### Impacto de las Tensiones Comerciales y la Política Económica
El entorno global de débil crecimiento y el aumento de los riesgos geopolíticos y comerciales han contribuido a la situación precaria de la economía mexicana. Las tensiones comerciales han afectado la demanda interna, lo que ha llevado a una caída en el consumo privado. Además, la política macroeconómica del país enfrenta un escaso margen de maniobra debido a un espacio fiscal limitado, lo que complica aún más la situación. Los mayores pagos de intereses y la cautelosa relajación de la política monetaria, en medio de la incertidumbre internacional, han restringido la capacidad del gobierno para implementar políticas que puedan estimular el crecimiento.
A pesar de estos desafíos, hay algunos aspectos positivos que podrían influir en la economía mexicana. La postergación de los aranceles estadounidenses a diversos países y productos podría ofrecer un alivio temporal. Sin embargo, la Cepal ha indicado que el arancel promedio subirá de 2.3% a 1.7%, lo que podría tener un impacto negativo en las exportaciones mexicanas.
En resumen, el futuro económico de México y Latinoamérica se presenta lleno de desafíos. La falta de competitividad, el debilitamiento de la demanda externa y las tensiones comerciales son solo algunos de los factores que están afectando el crecimiento. Las proyecciones de la Cepal indican que, sin cambios significativos en las políticas económicas y un enfoque renovado hacia la inversión y el consumo, la región podría enfrentar una nueva década perdida, lo que tendría repercusiones no solo en el ámbito económico, sino también en el bienestar social de sus habitantes. La situación requiere atención urgente y un enfoque coordinado entre los países de la región para revertir las tendencias actuales y fomentar un crecimiento sostenible y equitativo.