La reciente pérdida del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, ha conmocionado a la sociedad mexicana y ha generado un profundo luto en la Cámara de Diputados. Durante la sesión del 4 de noviembre de 2025, los legisladores se unieron en un emotivo homenaje que incluyó un minuto de silencio y aplausos en memoria del edil, quien fue asesinado el 1 de noviembre. Este trágico suceso no solo ha impactado a su comunidad, sino que ha suscitado una serie de reacciones y protestas en el ámbito político nacional.
La presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara, Kenia López Rabadán, abrió la sesión con una declaración que reflejó el pesar colectivo. «Su pérdida representa un hecho profundamente lamentable para su comunidad y para todo México», expresó, destacando la importancia de Manzo en su papel como líder local. La declaración fue seguida por un minuto de silencio, donde los diputados se unieron en un acto de respeto y solidaridad hacia la familia del alcalde y el pueblo de Michoacán.
### Reacciones en el Congreso
La respuesta de los legisladores fue contundente y simbólica. El grupo parlamentario del PRI, en un acto de protesta, colocó sombreros en sus curules, similares a los que usaba Manzo, pero manchados con pintura roja, simbolizando la violencia que ha azotado al país. Esta acción fue un claro mensaje sobre la gravedad de la situación de seguridad en México y la necesidad de abordar la violencia que afecta a los funcionarios públicos.
Por su parte, los diputados del PAN también se manifestaron, colocando veladoras eléctricas en sus espacios y una imagen que incluía un sombrero con una mariposa y un limón, en referencia tanto a Manzo como a Bernardo Bravo, un empresario limonero que fue asesinado poco antes. Estas acciones reflejan un clima de indignación y un llamado a la acción para mejorar la seguridad en el país.
El homenaje a Manzo no fue el único momento de reflexión en la sesión. Después del minuto de silencio, el pleno guardó tres minutos adicionales en memoria de otras víctimas, incluyendo al exdiputado Francisco Rojas Gutiérrez y a las 23 personas que perdieron la vida en un incendio en Hermosillo, Sonora. Este acto de recordar a las víctimas de la violencia y la tragedia resalta la necesidad de una respuesta más efectiva por parte del gobierno y las instituciones para garantizar la seguridad de los ciudadanos y funcionarios.
### Contexto de la Violencia en México
La muerte de Carlos Manzo es un reflejo de un problema más amplio que enfrenta México: la violencia contra políticos y funcionarios públicos. En los últimos años, ha habido un aumento alarmante en los asesinatos de líderes locales, lo que ha generado un clima de miedo y desconfianza en la población. La impunidad y la falta de justicia son factores que contribuyen a esta crisis, lo que lleva a muchos a cuestionar la efectividad de las políticas de seguridad implementadas por el gobierno.
Las autoridades han señalado que están trabajando para combatir la violencia, pero muchos ciudadanos sienten que las medidas son insuficientes. La situación en Michoacán, donde se encuentra Uruapan, es particularmente crítica, ya que la región ha sido históricamente afectada por la presencia de grupos criminales que luchan por el control territorial y el tráfico de drogas. Esto ha llevado a un aumento en la violencia y a la pérdida de vidas inocentes, incluyendo a funcionarios que intentan hacer su trabajo en medio de un entorno hostil.
El asesinato de Manzo ha reavivado el debate sobre la seguridad en el país y la necesidad de implementar estrategias más efectivas para proteger a los líderes locales. La comunidad de Uruapan, así como otras localidades afectadas por la violencia, claman por una respuesta más contundente que garantice la seguridad de sus representantes y de la población en general.
La Cámara de Diputados, al rendir homenaje a Carlos Manzo, no solo está reconociendo su legado, sino que también está enviando un mensaje claro sobre la urgencia de abordar la violencia en el país. La política debe ser un espacio seguro para el diálogo y la construcción de soluciones, no un campo de batalla donde la vida de los funcionarios esté en riesgo.
El luto por Manzo es un recordatorio de que cada vida perdida en esta lucha contra la violencia es una tragedia que afecta a toda la sociedad. La memoria de aquellos que han caído debe servir como un impulso para que las autoridades y la ciudadanía se unan en la búsqueda de un México más seguro y justo para todos.
