La gestión del agua en México ha sido un tema de creciente preocupación en los últimos años, especialmente en el contexto de la crisis hídrica que afecta a diversas regiones del país. Recientemente, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que el sistema Cutzamala ha alcanzado su máximo nivel en los últimos cuatro años, lo que representa una buena noticia para la Ciudad de México y el Estado de México, que dependen de este sistema para su suministro de agua. Sin embargo, la situación no es igual en todas las entidades del país, y es crucial entender las implicaciones de esta noticia en el contexto más amplio de la política hídrica en México.
La presidenta Sheinbaum, durante su conferencia de prensa, destacó que, a excepción de Baja California, Sonora y Sinaloa, el nivel de las presas en México se encuentra en condiciones óptimas. Esto es especialmente relevante, ya que el sistema Cutzamala, que abastece a millones de habitantes, ha tenido que enfrentar restricciones en el suministro de agua en años anteriores debido a niveles bajos en las presas. Con el nuevo nivel alcanzado, se espera que para el año 2026 no sea necesario regular el suministro a los usuarios, lo que podría significar un alivio para los habitantes de la capital y sus alrededores.
### Desafíos en el Abastecimiento de Agua
A pesar de las buenas noticias en el sistema Cutzamala, la presidenta expresó su preocupación por la situación en Baja California, Sonora y Sinaloa, donde los niveles de agua son alarmantemente bajos. Estos estados son cruciales para la producción agrícola del país, y la falta de agua podría tener repercusiones significativas en la seguridad alimentaria. La escasez de agua en estas regiones no solo afecta a los agricultores, sino que también puede impactar a las comunidades que dependen de la agricultura para su sustento.
La situación en Baja California, Sonora y Sinaloa es un recordatorio de que la gestión del agua en México no es un problema homogéneo; cada región enfrenta sus propios desafíos. En este sentido, es fundamental que las autoridades implementen políticas específicas que aborden las necesidades particulares de cada estado, en lugar de adoptar un enfoque único que no considere las diferencias regionales.
### Revisión de Concesiones de Agua
Otro aspecto relevante que mencionó la presidenta Sheinbaum es el avance del 90% en la revisión de las concesiones de agua por parte de la Comisión Nacional del Agua. Esta revisión es crucial, ya que se han detectado numerosas irregularidades en el otorgamiento de concesiones, especialmente durante el gobierno de Carlos Salinas. En ese periodo, se permitió que concesiones de agua para riego, que no pagan derechos por considerarse destinadas a la producción de alimentos, fueran transferidas a usos que no estaban contemplados originalmente, como desarrollos habitacionales.
La regularización de estas concesiones es un paso necesario para asegurar que el agua se utilice de manera responsable y sostenible. La imposición de multas y la corrección de irregularidades son medidas que buscan restaurar la confianza en el sistema de concesiones y garantizar que el agua se destine a sus usos legítimos. La presidenta estima que para finales de este año se concluirá con la revisión de las concesiones, lo que podría tener un impacto positivo en la gestión del agua en el país.
La problemática del agua en México es compleja y multifacética. La intersección entre la política, la agricultura y la gestión de recursos hídricos requiere un enfoque integral que considere no solo la disponibilidad de agua, sino también las necesidades de las comunidades y la sostenibilidad a largo plazo. La situación actual del sistema Cutzamala es un indicativo de que, aunque se han logrado avances, aún queda mucho por hacer para garantizar un suministro de agua equitativo y sostenible para todos los mexicanos.
La atención a las irregularidades en las concesiones de agua es un paso en la dirección correcta, pero es fundamental que las autoridades continúen trabajando en políticas que promuevan el uso responsable del agua y que aborden las desigualdades en el acceso a este recurso vital. La gestión del agua no solo es un asunto técnico, sino también un desafío social y político que requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad para lograr un futuro más sostenible.