En un contexto electoral cada vez más complejo, la reciente participación de mandos del Ejército en la instalación de la Mesa de Seguridad del Instituto Nacional Electoral (INE) ha generado un intenso debate. Este evento, que tuvo lugar el 1 de junio de 2025, ha suscitado reacciones diversas entre los consejeros electorales y la opinión pública, poniendo de manifiesto las tensiones entre la seguridad y la autonomía electoral en México.
La instalación de la Mesa de Seguridad fue un paso crucial para garantizar la vigilancia durante la jornada electoral. La secretaria ejecutiva del INE, Claudia Espino, extendió una invitación a los altos mandos del Ejército para que asistieran a esta reunión, lo que provocó sorpresa entre algunos consejeros, quienes consideraron inusual la presencia militar en un espacio que tradicionalmente ha sido reservado para asuntos estrictamente electorales.
### Reacciones de los Consejeros Electorales
La llegada de los mandos del Ejército a la sesión permanente del Consejo General del INE fue recibida con reacciones mixtas. Consejeros como Carla Humphrey y Jaime Rivera expresaron su preocupación y solicitaron una aclaración a la presidenta del INE, Guadalupe Taddei. Para ellos, la presencia militar en un evento electoral podría interpretarse como una injerencia en los procesos democráticos, lo que podría poner en riesgo la percepción de imparcialidad del organismo electoral.
Sin embargo, otros consejeros defendieron la decisión de invitar a los mandos del Ejército, argumentando que su presencia no es algo nuevo. En elecciones anteriores, la instalación de mesas de seguridad ha contado con la participación de representantes de las fuerzas armadas, lo que ha sido considerado una práctica habitual para asegurar el orden y la protección durante el proceso electoral. La invitación a los mandos del Ejército, según estos consejeros, es parte de un protocolo establecido para abordar temas de seguridad en un contexto donde la violencia y la inseguridad son preocupaciones constantes.
La situación plantea un dilema: por un lado, la necesidad de garantizar la seguridad durante las elecciones, y por otro, la importancia de mantener la independencia del INE y la confianza del electorado en el proceso democrático. La intervención de las fuerzas armadas en asuntos civiles, aunque sea con la intención de proteger, puede generar desconfianza y cuestionamientos sobre la legitimidad de los resultados electorales.
### La Seguridad Electoral en el Contexto Actual
La seguridad electoral se ha convertido en un tema candente en México, especialmente en un entorno donde la violencia y la criminalidad han aumentado en varias regiones del país. La participación del Ejército en la vigilancia de procesos electorales es vista por algunos como una medida necesaria para prevenir incidentes violentos que puedan afectar la integridad de las elecciones. Sin embargo, esta estrategia también ha sido criticada por quienes argumentan que la militarización de la seguridad pública puede llevar a abusos y a la erosión de los derechos civiles.
El INE ha estado trabajando para establecer mecanismos que aseguren la transparencia y la seguridad en las elecciones, pero la intervención de las fuerzas armadas plantea preguntas sobre la capacidad del organismo para operar de manera independiente. La presencia del Ejército en la Mesa de Seguridad es un recordatorio de que, a pesar de los esfuerzos por democratizar el proceso electoral, las tensiones entre la seguridad y la autonomía continúan siendo un desafío.
Además, la percepción pública sobre la participación del Ejército en la seguridad electoral puede influir en la confianza de los ciudadanos en el sistema democrático. Si los votantes sienten que las elecciones están siendo vigiladas por fuerzas militares, esto podría afectar su disposición a participar en el proceso electoral, lo que a su vez podría tener un impacto en la legitimidad de los resultados.
En este contexto, es fundamental que el INE y el gobierno federal trabajen juntos para encontrar un equilibrio entre la necesidad de seguridad y la preservación de la autonomía electoral. La transparencia en la comunicación sobre el papel de las fuerzas armadas en el proceso electoral es crucial para mantener la confianza del electorado y asegurar que las elecciones se desarrollen de manera justa y equitativa.
La situación actual exige un diálogo abierto entre las instituciones involucradas y la sociedad civil para abordar las preocupaciones sobre la seguridad electoral y la participación del Ejército. Solo a través de un enfoque colaborativo se podrá garantizar que las elecciones en México sean un reflejo auténtico de la voluntad del pueblo, sin la influencia de factores externos que puedan comprometer su integridad.