La conmemoración del Día Internacional de la Mujer Indígena, celebrado el 5 de septiembre, pone de relieve la situación crítica que enfrentan las mujeres de las comunidades indígenas en América Latina y el Caribe. Según datos de ONU Mujeres, cerca de la mitad de estas mujeres reside en áreas urbanas, donde se ven obligadas a insertarse en el comercio informal, el trabajo doméstico y el autoempleo, enfrentando un acceso limitado a la protección social. Esta realidad se ve agravada por la discriminación estructural que sufren, que se manifiesta en una brecha salarial significativa: sus ingresos representan, en promedio, solo el 26% de los de las mujeres no indígenas.
### Desigualdad Interseccional: Un Análisis Profundo
La desigualdad que enfrentan las mujeres indígenas no es solo una cuestión de género, sino que se entrelaza con la etnicidad y la clase social. ONU Mujeres ha destacado que ser mujer e indígena implica enfrentar barreras superpuestas que limitan sus oportunidades y derechos. Casi una de cada tres mujeres indígenas trabaja sin remuneración en negocios familiares, lo que refleja la falta de reconocimiento de su trabajo y contribución a la economía familiar.
Este contexto de desigualdad interseccional se traduce en una realidad donde las mujeres indígenas son a menudo invisibilizadas en las políticas públicas y en el ámbito laboral. La falta de acceso a empleos formales y a la protección social no solo afecta su bienestar económico, sino que también limita su capacidad para participar plenamente en la vida social y política de sus comunidades. La situación se vuelve aún más crítica en el contexto de crisis climática y de cuidados, donde las mujeres indígenas desempeñan un papel fundamental como cuidadoras y guardianas del medio ambiente.
### El Rol Fundamental de las Mujeres Indígenas en la Conservación
ONU Mujeres ha resaltado la importancia de reconocer el papel de las mujeres indígenas en la defensa del medio ambiente y la conservación de la biodiversidad. Estas mujeres no solo son portadoras de conocimientos ancestrales, sino que también son fundamentales en la transmisión de la identidad cultural y el mantenimiento de las lenguas originarias. En un mundo cada vez más afectado por la crisis climática, su papel como cuidadoras de la vida se vuelve crucial.
El Compromiso de Tlatelolco, adoptado en la 16 Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, subraya que enfrentar la crisis climática es inseparable de la construcción de una sociedad del cuidado. Este enfoque reconoce que las mujeres indígenas no solo son víctimas de la crisis, sino que también son agentes de cambio y transformación. Su conocimiento sobre prácticas sostenibles y su conexión con la tierra son recursos valiosos en la lucha contra el cambio climático.
A pesar de los desafíos que enfrentan, las mujeres indígenas continúan siendo pilares de sus comunidades. El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas ha destacado su contribución invaluable a la construcción de un país más justo e inclusivo. Este día de conmemoración no solo es un recordatorio de las luchas pasadas, sino también una llamada a la acción para que sus voces sean escuchadas y sus derechos sean reconocidos.
La lucha de las mujeres indígenas es, por lo tanto, una lucha por la justicia social, la igualdad de género y la sostenibilidad ambiental. En un contexto donde las crisis se entrelazan, es fundamental que se les brinde el apoyo necesario para que puedan ejercer sus derechos y contribuir al bienestar de sus comunidades y del planeta. La visibilización de sus luchas y la promoción de políticas inclusivas son pasos esenciales para avanzar hacia un futuro más equitativo y sostenible.