La gestión de desastres naturales ha sido un tema de gran relevancia en México, especialmente en un país que enfrenta con frecuencia fenómenos naturales devastadores. En este contexto, la extinción del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) ha generado un amplio debate sobre la eficacia de las políticas públicas en la atención de emergencias. Raquel Buenrostro, secretaria de Anticorrupción y Buen Gobierno, ha defendido esta decisión, argumentando que el Fonden se había convertido en un obstáculo burocrático que dificultaba la respuesta rápida ante situaciones críticas.
La creación del Fonden en 1996 tenía como objetivo proporcionar un mecanismo ágil y eficiente para la atención de desastres. Sin embargo, con el paso del tiempo, se evidenció que su funcionamiento estaba plagado de ineficiencias. Según Buenrostro, el fideicomiso se volvió opaco y susceptible a la corrupción, lo que limitó su capacidad para ayudar a las comunidades afectadas. En su intervención durante una conferencia de prensa, la funcionaria destacó que los trámites para acceder a los recursos podían tardar hasta 120 días, lo que resultaba en una ayuda que llegaba demasiado tarde, cuando la emergencia ya había pasado.
### Ineficiencias y Casos de Opacidad
La crítica hacia el Fonden no solo se basa en la lentitud de los procesos, sino también en la falta de transparencia en el manejo de los recursos. Buenrostro mencionó casos emblemáticos de irregularidades en el uso de los fondos, como los ocurridos en Veracruz y Tabasco. En Veracruz, se devolvieron más de 500 millones de pesos sin utilizar, mientras que en Tabasco, los recursos destinados a la atención de desastres se utilizaron para gastos corrientes, como servicios administrativos, en lugar de ayudar a la población damnificada.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha documentado múltiples irregularidades en la gestión del Fonden durante las administraciones de varios presidentes. Entre los problemas más destacados se encuentran los retrasos en la atención de emergencias, sobreprecios y desvíos de recursos. Por ejemplo, tras el sismo de 2017, solo se logró reconstruir el 35% de las viviendas afectadas, a pesar de los recursos millonarios que se habían destinado para ello. Esto pone de manifiesto que el Fonden, en su forma anterior, era un mecanismo ineficaz y con altos costos, más reactivo que preventivo.
La secretaria enfatizó que el modelo actual de atención ante emergencias es más ágil y transparente. A diferencia del pasado, los apoyos se están entregando directamente a la población afectada, y las obras prioritarias se inician en cuestión de días, no de meses. Este cambio en la estrategia busca no solo mejorar la eficiencia en la atención de desastres, sino también restaurar la confianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de la gestión de emergencias.
### Un Nuevo Enfoque en la Atención de Emergencias
La extinción del Fonden y la implementación de un nuevo modelo de atención a desastres naturales representan un cambio significativo en la política pública mexicana. Este nuevo enfoque se basa en la premisa de que la rapidez y la transparencia son fundamentales para una gestión efectiva de emergencias. La secretaria Buenrostro ha subrayado que el objetivo es garantizar que los recursos lleguen de manera oportuna a quienes más los necesitan, en lugar de quedar atrapados en un laberinto burocrático.
El nuevo modelo se centra en la entrega directa de apoyos a las comunidades afectadas, lo que permite una respuesta más inmediata y efectiva ante desastres. Esto no solo mejora la situación de las personas damnificadas, sino que también fomenta un sentido de responsabilidad y rendición de cuentas en la gestión de recursos públicos. La transparencia en el uso de los fondos es crucial para evitar la repetición de los errores del pasado, donde la corrupción y la falta de supervisión llevaron a un mal uso de los recursos destinados a la atención de emergencias.
Además, la secretaria ha señalado que el nuevo enfoque incluye una mayor coordinación entre diferentes niveles de gobierno y organismos de ayuda. Esto es fundamental para garantizar que la respuesta ante desastres sea integral y eficiente, evitando la duplicidad de esfuerzos y asegurando que cada entidad cumpla con su rol en la atención de emergencias.
La extinción del Fonden y la creación de un nuevo modelo de atención a desastres reflejan un cambio de paradigma en la gestión de emergencias en México. Este cambio no solo busca mejorar la eficiencia en la respuesta ante desastres, sino también restaurar la confianza de la ciudadanía en las instituciones encargadas de su bienestar. La implementación de un sistema más transparente y ágil es un paso hacia adelante en la construcción de un país más resiliente ante los desafíos que presentan los fenómenos naturales.
