La reciente escalada de tensiones entre Estados Unidos e Irán ha llevado al Departamento de Estado de EE. UU. a instar a los países de Latinoamérica a definir su postura en este conflicto. En vísperas de la 55ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que se llevará a cabo en Antigua y Barbuda, la administración estadounidense ha enfatizado la importancia de que las naciones de la región tomen una decisión clara sobre su alineación política. Esta situación no solo refleja la complejidad de las relaciones internacionales, sino que también pone de manifiesto las divisiones internas en Latinoamérica respecto a la política exterior.
La alta funcionaria del Departamento de Estado, en una rueda de prensa virtual, subrayó que la situación actual representa una oportunidad para que los países latinoamericanos se posicionen. «Es hoy en día una gran oportunidad para que los países en la región se den cuenta de qué lado van a estar, si van a apoyar a un régimen que es un patrocinador estatal del terrorismo o qué postura van a tomar», afirmó. Esta declaración se produce en un contexto donde Estados Unidos ha llevado a cabo ataques aéreos contra instalaciones nucleares iraníes, lo que ha generado reacciones diversas en la región.
### Divisiones en la Región
La respuesta de los países latinoamericanos al conflicto ha sido variada. Mientras que naciones como Chile, Colombia y Brasil han criticado las acciones de Estados Unidos, argumentando que violan el derecho internacional y escalan la violencia, otros países como Argentina han mostrado su apoyo a Washington. Por otro lado, Cuba y Venezuela han expresado su solidaridad con Irán, lo que refleja una clara división en la región sobre cómo abordar la política exterior estadounidense.
Esta situación es especialmente relevante en el contexto de la OEA, donde se espera que el conflicto con Irán sea un tema central de discusión. La representante del Departamento de Estado no adelantó si se impulsará una resolución para que la OEA se pronuncie sobre el tema, pero dejó claro que cada país debe tomar una decisión informada sobre su relación con el régimen iraní. La asamblea, que se celebrará del 25 al 27 de junio, también abordará otros temas críticos, como la crisis en Haití, lo que añade más presión sobre los líderes latinoamericanos para que definan su postura.
### La Influencia de Estados Unidos en la Región
Además de la crisis con Irán, el Departamento de Estado ha delineado otras prioridades para la región, incluyendo el apoyo a la gobernabilidad democrática y el estado de derecho. Washington busca reafirmar su liderazgo en Latinoamérica, especialmente en un momento en que la influencia de China está en aumento. La administración estadounidense ha manifestado su intención de ayudar a los países de la región a tomar decisiones informadas sobre su participación con China, advirtiendo sobre el riesgo de que el país asiático abuse de su condición de observador permanente en la OEA.
La OEA, bajo el nuevo liderazgo de Albert Ramdin, quien asumió el cargo en mayo, se enfrenta a desafíos significativos. Ramdin es el primer secretario general caribeño de la organización, y su gestión será crucial para abordar las tensiones en la región. La asamblea general no solo se centrará en el conflicto con Irán, sino que también discutirá la crisis en Haití, un país que ha enfrentado una creciente inestabilidad política y social.
La situación en Haití es un tema de preocupación para muchos países de la región, y se espera que la OEA juegue un papel importante en la búsqueda de soluciones. La crisis humanitaria y la violencia en Haití han llevado a un llamado a la acción por parte de la comunidad internacional, y la OEA podría ser un foro clave para coordinar esfuerzos de ayuda y apoyo.
La postura de Estados Unidos en la OEA y su enfoque hacia Latinoamérica también se reflejan en su apoyo a la disidente cubana Rosa María Payá, quien busca un puesto en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para el período 2026-2029. Este respaldo es parte de una estrategia más amplia para promover los derechos humanos y la democracia en la región, en un momento en que muchos países enfrentan desafíos internos significativos.
La creciente polarización en Latinoamérica respecto a la política exterior de Estados Unidos y su enfoque hacia Irán y otros temas críticos pone de relieve la necesidad de un diálogo constructivo entre las naciones de la región. A medida que la OEA se prepara para su asamblea general, la forma en que los países latinoamericanos elijan posicionarse en este contexto podría tener repercusiones duraderas en sus relaciones internacionales y en la estabilidad regional.