La Ciudad de México enfrenta una crisis habitacional sin precedentes, con una demanda de aproximadamente 100 mil viviendas al año, mientras que la producción actual apenas alcanza las 15 mil unidades. Esta disparidad ha llevado a un aumento significativo en los precios de alquiler, lo que ha generado una competencia feroz por las pocas opciones disponibles. La Red para el Rescate de la Vivienda (Revive) ha señalado que esta situación no solo afecta a las colonias más conocidas como Condesa, Roma y Polanco, sino que se extiende a toda la ciudad, provocando el desplazamiento de muchas familias hacia la periferia en busca de opciones más asequibles.
El director ejecutivo de Homie.mx, Francisco Andragnes, ha explicado que el aumento de los precios de alquiler comenzó en 2017, coincidiendo con una revisión exhaustiva de permisos de construcción. La llegada de la pandemia de Covid-19 exacerbó aún más la situación, ya que las políticas restrictivas continuaron limitando la oferta de nuevas viviendas. A pesar de la creciente demanda, que incluye tanto a personas de otros países como a migrantes de otras ciudades de México, la oferta de vivienda nueva se ha mantenido por debajo de las necesidades reales.
Andragnes estima que entre 10 mil y 12 mil personas buscan una vivienda nueva cada año, pero con menos de 10 mil unidades disponibles en el mercado, el 90% de quienes buscan vivienda no logran encontrar una opción adecuada. Esta situación es alarmante y requiere atención inmediata por parte de las autoridades y desarrolladores.
### Lecciones de Otras Ciudades
La experiencia de otras ciudades de América Latina puede ofrecer valiosas lecciones para la Ciudad de México. En lugares como Santiago de Chile, Sao Paulo y Buenos Aires, el aumento en la construcción de viviendas ha sido clave para controlar los precios de alquiler. En Santiago, por ejemplo, las rentas en zonas centrales han disminuido en un 10.5% en el último año, gracias a un aumento en la oferta de nuevas unidades. En Sao Paulo, la construcción activa ha llevado a una reducción en los precios de alquiler, mientras que en Buenos Aires, la eliminación del control de rentas ha incentivado a los desarrolladores a construir nuevamente.
La situación en la Ciudad de México es, por tanto, una anomalía en comparación con estas ciudades. La falta de nuevas construcciones ha llevado a un estancamiento en el mercado de alquiler, lo que ha contribuido a la gentrificación y al aumento de la desigualdad en el acceso a la vivienda. Alfredo Marin Pasos, presidente de la Asociación de Vivienda en Renta, ha enfatizado que para abordar la gentrificación, es esencial aumentar la producción de vivienda. Sin embargo, esto requiere un entorno de inversión confiable y reglas claras que atraigan capital al sector.
### Retos y Oportunidades para el Desarrollo Habitacional
La Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda Valle de México ha subrayado la necesidad de acelerar la construcción de viviendas en la ciudad para reducir el rezago habitacional. Los desarrolladores enfrentan varios desafíos, como la necesidad de aprovechar el potencial de zonas consolidadas y promover modelos que permitan construir edificios más altos, lo que podría aumentar la oferta de viviendas a precios accesibles.
Además, se han propuesto medidas como la condonación de impuestos y facilidades de pago en los trámites relacionados con la construcción de viviendas. La idea es facilitar la adquisición de materiales de construcción a través de compras consolidadas, lo que podría generar economías de escala y reducir los costos de los proyectos.
Sin embargo, la historia de los controles de renta en otras ciudades del mundo ofrece advertencias sobre las políticas que buscan regular los precios de alquiler. En Berlín, por ejemplo, un control de rentas implementado entre 2020 y 2021 resultó en una reducción del 60% en la oferta de viviendas en renta, ya que muchos propietarios optaron por retirar sus unidades del mercado. En Barcelona, los topes de renta llevaron a una disminución del 47% en la oferta de alquiler, mientras que en Nueva York, los edificios sujetos a control han mostrado un deterioro significativo y desigualdades en el acceso a la vivienda.
La experiencia de Toronto, donde se fijaron topes de renta por debajo de la inflación, también resultó en una caída de la inversión en vivienda en renta y un aumento del 30% en los precios de compra. En Estocolmo, las listas de espera para acceder a vivienda regulada superan los 20 años, lo que ha dado lugar a un mercado negro de contratos.
La situación en la Ciudad de México es crítica y requiere un enfoque integral que combine la construcción de nuevas viviendas con políticas que garanticen un acceso equitativo a la vivienda. La falta de acción podría agravar aún más la crisis habitacional, afectando a miles de familias que buscan un lugar digno para vivir.