La crisis de vivienda a nivel mundial se ha convertido en un tema de creciente preocupación, especialmente en el contexto de los desafíos que enfrenta la humanidad en la actualidad. Recientemente, el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, conocido como ONU-Hábitat, ha emitido una grave advertencia sobre las implicaciones de esta crisis, sugiriendo que podría desencadenar una emergencia humanitaria si no se toman medidas inmediatas. En este artículo, exploraremos las causas de esta crisis y la necesidad de un enfoque multilateral para abordar el problema.
**Causas de la Crisis de Vivienda**
La crisis de vivienda no es un fenómeno aislado; está intrínsecamente relacionada con varios factores globales que han ido empeorando con el tiempo. Uno de los principales impulsores de esta crisis es el cambio climático, que ha llevado a un aumento en la frecuencia y severidad de desastres naturales. Estos eventos no solo destruyen viviendas, sino que también desplazan a comunidades enteras, exacerbando la falta de acceso a viviendas adecuadas.
Además, la creciente desigualdad económica ha hecho que un número significativo de personas no pueda permitirse una vivienda digna. Según ONU-Hábitat, casi 3,000 millones de personas carecen de acceso a una vivienda adecuada, lo que incluye no solo la falta de un techo, sino también la ausencia de servicios básicos como agua potable y saneamiento. Esta situación es alarmante y refleja un sufrimiento humano que no puede ser ignorado.
Los desplazamientos forzados, ya sea por conflictos armados o por crisis económicas, también juegan un papel crucial en la crisis de vivienda. Las personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares a menudo terminan en asentamientos informales o barrios marginales, donde las condiciones de vida son precarias y la falta de acceso a servicios básicos es la norma. La combinación de estos factores crea un ciclo vicioso que es difícil de romper sin una intervención significativa.
**El Llamado a la Acción Multilateral**
Durante la segunda Asamblea de ONU-Hábitat, celebrada en Nairobi, se hizo un llamado urgente a los gobiernos para que tomen medidas concretas y efectivas para abordar la crisis de vivienda. La secretaria ejecutiva de ONU-Hábitat, Anacláudia Rossbach, enfatizó que la vivienda es un derecho fundamental y que la falta de acceso a ella no solo perpetúa la pobreza, sino que también socava la dignidad humana. Rossbach instó a los líderes mundiales a actuar antes de que sea demasiado tarde, subrayando que un mejor acceso a la vivienda y a servicios básicos es esencial para combatir la pobreza y la desigualdad.
El subsecretario para Asuntos Multilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores de México, Enrique Javier Ochoa Martínez, también destacó la importancia del multilateralismo en la solución de esta crisis. En un mundo cada vez más polarizado, es vital que los Estados miembros de ONU-Hábitat se comprometan a traducir los debates en acciones concretas que permitan a las ciudades proporcionar viviendas adecuadas y sostenibles. Ochoa Martínez enfatizó que el compromiso de México con el multilateralismo es fundamental para abordar este desafío global.
La ministra keniana de Tierras, Obras Públicas, Vivienda y Desarrollo Urbano, Alice Wahome, también participó en la discusión, señalando que la crisis de vivienda no es solo un problema de infraestructura, sino un desafío que afecta la equidad y los derechos humanos. Wahome hizo un llamado a la acción colectiva, instando a los países a enfrentar esta crisis con valentía y sin demora. La participación activa de líderes políticos y la colaboración internacional son esenciales para abordar las complejidades de la crisis de vivienda.
La Asamblea de ONU-Hábitat, que se reúne cada cuatro años, es el principal órgano de toma de decisiones sobre urbanización sostenible y asentamientos humanos. Durante la última sesión, se adoptaron varias resoluciones que abordan la necesidad de una vivienda adecuada para todos y la transformación de asentamientos informales. La reanudación de la Asamblea busca concluir cuestiones pendientes, como la adopción del plan estratégico 2026-2029, que se centra en la crisis de vivienda.
A medida que el mundo enfrenta desafíos cada vez mayores, es crucial que los gobiernos y las instituciones multilaterales trabajen juntos para encontrar soluciones efectivas. La crisis de vivienda no solo afecta a los individuos y las familias, sino que también tiene repercusiones más amplias en la estabilidad social y económica de las naciones. La falta de acción puede llevar a un aumento en la desigualdad, la pobreza y la inestabilidad social, lo que subraya la urgencia de abordar este problema de manera integral y coordinada.
