En México, la crisis del agua se ha convertido en un tema de gran preocupación, especialmente en un contexto donde se estima que entre el 60 y el 70% del agua extraída no llega a la población debido a fugas y conexiones clandestinas. Sin embargo, una innovadora tecnología desarrollada para la búsqueda de agua en Marte ha sido adaptada para abordar este problema en la Tierra. Esta tecnología, que utiliza datos geo-espaciales y algoritmos de inteligencia artificial, ha demostrado ser un recurso valioso para detectar fugas y tomas clandestinas en diversas ciudades del país.
### La tecnología detrás de la detección de fugas
La plataforma que se utiliza en México es capaz de identificar la humedad en el subsuelo, lo que permite localizar fugas en el sistema de tuberías de agua potable. Desde su implementación en junio de 2024, se ha aplicado en estados como Puebla, Ciudad Juárez, Saltillo, Salamanca, Celaya e Irapuato. La ingeniera Carolina del Pilar Villacís Espinoza, CEO de Integrored, explica que el proceso comienza con la recopilación de información de los organismos operadores de agua, quienes proporcionan un mapa de su red pública. Esta información se envía a un equipo en Israel, donde se realiza un análisis detallado para determinar la extensión de la red y el costo del servicio, que varía según la geografía de cada ciudad.
La tecnología se basa en imágenes satelitales que permiten detectar la saturación de agua en el subsuelo. Con dos satélites, uno ubicado en Japón y otro en Argentina, se realiza un monitoreo cada 15 días. Esta frecuencia es crucial, ya que permite identificar puntos específicos donde se puede estar produciendo una fuga. A diferencia de los métodos tradicionales, que pueden resultar ineficaces debido a la gran área de búsqueda, la tecnología Asterra proporciona un rango mucho más preciso, limitando la búsqueda a un área de aproximadamente 100 metros. Esto facilita la localización exacta de la fuga, lo que a su vez optimiza el proceso de reparación.
### Impacto en la gestión del agua y la comunidad
El impacto de esta tecnología en la gestión del agua en México es significativo. Hasta la fecha, se han detectado más de 151,000 fugas en 64 países, lo que ha permitido ahorrar miles de millones de galones de agua potable. En México, la implementación de esta tecnología ha resultado en una recuperación de 25 millones de pesos en reparaciones de fugas. Además, la ingeniera Villacís Espinoza destaca que la herramienta no solo se centra en la detección de fugas, sino que también contribuye a mejorar la gestión comercial del agua, un aspecto crítico en un país donde las conexiones clandestinas son un problema persistente.
La escasez de agua afecta a millones de personas en México, especialmente a mujeres y niñas que deben recorrer largas distancias para abastecerse. La tecnología Asterra no solo busca mitigar este problema, sino que también involucra a la comunidad en el proceso. Por ejemplo, se ha implementado un programa que permite a personas invidentes participar en la detección física de fugas, aprovechando su agudo sentido auditivo para identificar el sonido del agua en el subsuelo. Este enfoque inclusivo no solo ayuda a resolver el problema del agua, sino que también empodera a grupos vulnerables en la sociedad.
Además, el equipo de Asterra está compuesto en un 95% por mujeres, lo que refleja un compromiso con la inclusión y la diversidad en un campo que tradicionalmente ha estado dominado por hombres. La empresa trabaja en la creación de modelos sociales que fomenten la cultura del agua y la educación sobre su conservación, involucrando a niños y adultos en la importancia de cuidar este recurso vital.
La implementación de esta tecnología representa un paso importante hacia la sostenibilidad y la gestión eficiente del agua en México. A medida que el país enfrenta desafíos hídricos cada vez más graves, la combinación de innovación tecnológica y participación comunitaria se convierte en una estrategia clave para garantizar el acceso al agua potable para todos. La adaptación de herramientas desarrolladas para la exploración espacial a problemas terrestres demuestra cómo la ciencia y la tecnología pueden ser aliadas en la búsqueda de soluciones a los desafíos más apremiantes de la humanidad.