En un mundo donde el agua se ha convertido en un recurso cada vez más escaso, la innovación tecnológica juega un papel crucial en la gestión y conservación de este vital líquido. En México, una tecnología originalmente desarrollada para la búsqueda de agua en Marte ha sido adaptada para detectar fugas y tomas clandestinas de agua, ofreciendo una solución efectiva al problema del estrés hídrico que afecta a muchas regiones del país. Esta tecnología, que combina datos geo-espaciales y algoritmos de inteligencia artificial, ha demostrado ser un avance significativo en la lucha contra el desperdicio de agua y el robo de este recurso.
### La Tecnología que Transforma la Gestión del Agua
Desde su llegada a México en junio de 2024, esta innovadora plataforma ha sido implementada en diversas ciudades, incluyendo Puebla, Ciudad Juárez, Saltillo, Salamanca, Celaya e Irapuato. La herramienta permite no solo la detección de fugas en el sistema de tuberías subterráneas, sino que también identifica áreas donde se producen robos de agua, conocidos como huachicoleo. Según datos proporcionados por Carolina del Pilar Villacís Espinoza, CEO de Integrored, la implementación de esta tecnología ha resultado en una recuperación de 25 millones de pesos gracias a la reparación de fugas detectadas.
El funcionamiento de esta tecnología se basa en la capacidad de los satélites para detectar la humedad en el subsuelo. Utilizando imágenes satelitales, la plataforma puede identificar puntos de saturación de agua, lo que permite a los equipos de reparación localizar fugas con mayor precisión. A diferencia de los métodos tradicionales, donde el rango de búsqueda es amplio y poco eficiente, esta tecnología reduce el área de búsqueda a un radio de 100 metros, facilitando así la localización y reparación de las fugas.
### Impacto Social y Económico
El impacto de esta tecnología va más allá de la simple detección de fugas. En un país donde se estima que entre el 60 y el 70% del agua extraída no llega a la población debido a infraestructuras deterioradas y conexiones clandestinas, la implementación de esta herramienta representa una oportunidad para mejorar la gestión del agua. La ingeniera Villacís Espinoza destaca que, además del ahorro de agua, la tecnología contribuye a una mejor gestión comercial, lo que es fundamental en un contexto donde el acceso al agua es un derecho humano básico.
La situación del agua en México es crítica. Aproximadamente 15 millones de personas carecen de acceso continuo al agua potable, lo que afecta especialmente a mujeres y niñas que deben recorrer largas distancias para abastecerse. La sobreexplotación de acuíferos y la falta de infraestructura adecuada agravan aún más el problema. Con la ayuda de esta tecnología, se espera que se puedan detectar y reparar más de 151 mil fugas en 64 países, lo que ha permitido dejar de desperdiciar 557 mil millones de galones de agua potable.
Además, la empresa busca involucrar a la comunidad en la detección de fugas. Un aspecto innovador de su enfoque es la inclusión de personas invidentes en el proceso de localización de fugas, aprovechando su agudo sentido auditivo para detectar el sonido del agua en el subsuelo. Este enfoque no solo promueve la inclusión social, sino que también crea conciencia sobre la importancia de la conservación del agua entre la población.
La participación de mujeres en el equipo de Asterra es otro aspecto destacado por Villacís Espinoza. Con un 95% del personal compuesto por mujeres, la empresa se esfuerza por romper estereotipos de género en un campo tradicionalmente dominado por hombres. La formación de modelos sociales y la educación sobre la cultura del agua son parte integral de su misión, buscando empoderar a las comunidades para que se conviertan en agentes activos en la conservación de este recurso.
La implementación de esta tecnología en México es un ejemplo de cómo la innovación puede abordar problemas complejos y urgentes. A medida que el estrés hídrico se convierte en una realidad cada vez más presente, soluciones como esta son esenciales para garantizar un futuro sostenible y equitativo en el acceso al agua. La combinación de tecnología avanzada, participación comunitaria y un enfoque en la inclusión social puede marcar la diferencia en la gestión del agua en el país, ofreciendo un modelo que podría ser replicado en otras naciones que enfrentan desafíos similares.