La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha proyectado que México dejará de recaudar aproximadamente 1.7 billones de pesos en 2026 debido a diversas exenciones fiscales, estímulos y tratamientos especiales para ciertos contribuyentes. Esta cifra es alarmante, ya que representa un porcentaje significativo de los ingresos que el gobierno federal espera captar a través del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que se estima en 1.4 billones de pesos para el mismo año. Este sacrificio fiscal equivale a un 3.1% de la recaudación total de impuestos para el año 2025, un periodo que se prevé estancado económicamente, con un crecimiento proyectado de apenas 1.4% para 2026, y sin una reforma fiscal a la vista.
El sacrificio fiscal se traduce en una serie de beneficios otorgados a diferentes sectores, que incluyen subsidios, tasas reducidas de impuestos en ciertas regiones, y la exención del IVA en productos esenciales como alimentos y medicinas. A pesar de estos esfuerzos por aliviar la carga fiscal de algunos contribuyentes, la economía mexicana no ha logrado avanzar hacia el grupo de países con ingresos altos, según la clasificación del Banco Mundial. Desde 1980, México ha permanecido estancado en la categoría de ingreso mediano alto, a pesar de haber alcanzado un crecimiento significativo tras la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) en 1985.
### La Necesidad de una Reforma Fiscal Integral
Expertos en economía han señalado la urgencia de implementar una reforma fiscal integral en México. Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, ha destacado que el creciente gasto social y la deuda pública están presionando las finanzas del país. Las transferencias, programas sociales y pensiones, tanto contributivas como no contributivas, están absorbiendo una parte considerable del presupuesto, dejando poco margen para otras áreas críticas.
Siller ha enfatizado que, aunque las reformas fiscales suelen implicar un aumento de impuestos para los contribuyentes cautivos, en el caso de México es fundamental integrar a la economía informal. Esta integración no debe ser vista como una carga adicional para los trabajadores, sino como una oportunidad para aumentar la recaudación fiscal. Además, ha subrayado la necesidad de hacer más eficiente el gasto público, ya que el presupuesto destinado a sueldos y salarios de la burocracia apenas ha disminuido, mientras que el presupuesto para infraestructura ha caído de manera más significativa.
El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) ha identificado que los estímulos fiscales, especialmente en el IVA y el Impuesto Sobre la Renta (ISR), son las principales áreas donde se pierde recaudación. Para 2026, se estima que la renuncia recaudatoria por el IVA alcanzará los 693 mil 989 millones de pesos, con la mayor parte de esta pérdida atribuida a la tasa cero aplicada a ciertos productos. La exención del IVA en alimentos, por ejemplo, representa un costo de 508 mil 252 millones de pesos para el erario.
### Consecuencias del Sacrificio Fiscal en el Desarrollo Económico
El sacrificio fiscal no solo afecta las finanzas públicas, sino que también tiene repercusiones en el desarrollo económico del país. A pesar de los esfuerzos por mantener un sistema fiscal que favorezca a ciertos sectores, la realidad es que México ha visto un estancamiento en su clasificación económica. Mientras que otros países de América Latina, como Costa Rica, han logrado ascender a la categoría de ingresos altos, México ha permanecido en la misma categoría durante décadas.
Costa Rica, por ejemplo, ha experimentado un crecimiento constante, con una tasa promedio del 4.7% en los últimos tres años, lo que le ha permitido acercarse al umbral de ingreso mediano alto y finalmente alcanzar la categoría de ingreso alto en 2024. Este crecimiento ha sido impulsado por un fuerte consumo privado y una inversión sostenida, contrastando con la situación mexicana, donde la falta de reformas estructurales ha limitado el potencial de crecimiento.
La falta de una reforma fiscal adecuada y la creciente carga del gasto social y la deuda pública están creando un escenario complicado para la economía mexicana. Sin cambios significativos en la política fiscal, es probable que el país continúe enfrentando desafíos económicos que limitarán su capacidad para crecer y desarrollarse en el futuro. La implementación de medidas que busquen una mayor eficiencia en el gasto público y una integración efectiva de la economía informal podría ser clave para mejorar la situación fiscal y, en última instancia, el bienestar económico de la población.