La inversión extranjera directa (IED) en México ha experimentado una notable disminución en los últimos meses, un fenómeno que ha generado preocupación entre analistas y economistas. Esta caída, la primera desde 2020, se atribuye a diversos factores, entre ellos la política comercial de Estados Unidos y la incertidumbre generada por reformas judiciales en el país. A continuación, se analizan las causas de esta situación y sus repercusiones en sectores clave de la economía mexicana.
**Causas de la Caída en la Inversión Extranjera**
En la primera mitad de 2025, las empresas estadounidenses invirtieron aproximadamente 22,967 millones de dólares en México, lo que representa una disminución del 6% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este descenso es significativo, especialmente considerando que Estados Unidos es el principal socio comercial de México. La reducción en la inversión se ha visto reflejada en varios sectores, siendo el más afectado el de servicios financieros y seguros, que registró una caída del 30%. Asimismo, la industria automotriz, considerada un pilar de la economía mexicana, experimentó una disminución del 16% en su inversión.
Los analistas apuntan a la política comercial del presidente estadounidense, Donald Trump, como un factor determinante en esta tendencia. Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha implementado medidas que han generado incertidumbre en el comercio internacional, lo que ha llevado a las empresas a adoptar una postura cautelosa respecto a nuevas inversiones en México. Además, la reforma judicial en el país ha suscitado dudas sobre la estabilidad y la seguridad jurídica, elementos esenciales para atraer capital extranjero.
**Sectores Afectados y Perspectivas Futuras**
La caída en la inversión no se limita a un solo sector. La industria de bebidas y tabaco ha visto una reducción del 56%, mientras que la construcción ha reportado un descenso alarmante del 74%. Estos números reflejan un panorama preocupante para la economía mexicana, que depende en gran medida de la inversión extranjera para su crecimiento y desarrollo.
A pesar de estos desafíos, algunos expertos creen que la situación podría mejorar si se establecen reglas claras en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Gabriela Siller, economista en jefe de un importante banco, sugiere que la incertidumbre actual podría ser superada si se logran acuerdos que favorezcan el comercio en América del Norte. La revisión del T-MEC, programada para los próximos meses, será crucial para determinar el futuro de la inversión en México.
Además, se espera que la tendencia del nearshoring, que implica la reubicación de cadenas productivas más cerca de los mercados de consumo, continúe. Sin embargo, para que esto ocurra, es fundamental que México ofrezca un entorno de negocios atractivo, con un marco legal sólido y una infraestructura adecuada. La falta de estas condiciones podría limitar las nuevas inversiones, especialmente en sectores como la vivienda y los parques industriales.
La reciente implementación de aranceles por parte de Estados Unidos también ha generado preocupación. Desde marzo, se anunció un arancel del 25% a productos que no cumplan con las normas del T-MEC, lo que podría afectar aún más la competitividad de las empresas mexicanas en el mercado estadounidense. Los productos derivados de acero y aluminio enfrentan tasas de hasta el 50%, lo que representa un desafío adicional para las industrias que dependen de estos insumos.
En este contexto, es vital que México trabaje en la mejora de su clima de inversión. La creación de un entorno favorable para los negocios no solo atraerá capital extranjero, sino que también fomentará el crecimiento económico y la generación de empleo. La colaboración entre el sector público y privado será esencial para abordar estos desafíos y aprovechar las oportunidades que se presenten en el futuro.
La situación actual de la inversión extranjera en México es un reflejo de la complejidad del entorno económico global. A medida que el país navega por estos desafíos, la capacidad de adaptarse y responder a las necesidades del mercado será crucial para asegurar un crecimiento sostenible y duradero. La inversión extranjera no solo es un motor de crecimiento, sino también un indicador de la confianza en la economía mexicana, y es fundamental que se tomen medidas para restaurar esa confianza en el futuro.