La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) ha implementado un plan estratégico junto con los gobiernos de Sonora, Chihuahua, Coahuila, Durango y Tamaulipas para reforzar la vigilancia epidemiológica en el ganado, con el objetivo de prevenir la diseminación del gusano barrenador. Este esfuerzo se enmarca en un contexto donde la seguridad sanitaria del ganado es crucial para mantener la confianza de los importadores estadounidenses y proteger la salud animal en el país.
La acción se centra en un programa de inspección que abarca el 100% de los animales en estas regiones, lo que implica un compromiso significativo por parte de las autoridades locales y federales. Javier Calderón Elizalde, director en jefe del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), ha liderado esta iniciativa, que incluye la colaboración de comités de Fomento y Protección Pecuaria, así como de uniones ganaderas. Este enfoque integral busca no solo erradicar la presencia del gusano barrenador, sino también establecer un esquema de regionalización que garantice la seguridad de los animales vivos que se exportan a Estados Unidos.
### Un Plan de Acción Regional
La estrategia de vigilancia epidemiológica se divide en tres zonas: la primera es la región sur-sureste, donde se han detectado casos de gusano barrenador y se implementan medidas de control y erradicación. La segunda es la zona de amortiguamiento, que incluye entidades libres del parásito, pero que aún no están acreditadas para exportar ganado a Estados Unidos. Por último, la zona libre está compuesta por estados que han sido acreditados y que cumplen con los requisitos sanitarios necesarios.
En las zonas de amortiguamiento y libres, se llevará a cabo un plan de vigilancia activa que incluye el uso de trampas específicas para demostrar la ausencia de la mosca del gusano barrenador. Además, se realizarán inspecciones exhaustivas de los animales para asegurar que no haya presencia de gusaneras. Este tipo de medidas se aplicarán en diversas instalaciones, incluyendo unidades de producción comercial, predios de traspatio y rastros, así como en otros puntos considerados de riesgo por los técnicos del Senasica.
Los secretarios estatales han manifestado su compromiso con esta estrategia, que no solo busca mantener el estatus de zona libre de gusano barrenador, sino también ofrecer garantías de seguridad a sus socios comerciales. Este enfoque colaborativo es fundamental para asegurar que las exportaciones de ganado bovino en pie hacia Estados Unidos no se vean afectadas por problemas sanitarios.
### Colaboración Internacional y Medidas Preventivas
La Sader ha destacado la importancia de mantener un diálogo constante con el Servicio de Inspección Sanitaria de Plantas y Animales del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (APHIS-USDA). Esta colaboración es esencial para reforzar las medidas de prevención contra el gusano barrenador y asegurar que las exportaciones de ganado cumplan con los estándares requeridos por el mercado estadounidense.
El gusano barrenador, conocido por su impacto negativo en la salud del ganado, representa un riesgo significativo para la industria ganadera. La implementación de un programa de inspección exhaustivo y la vigilancia activa son pasos cruciales para mitigar este riesgo. Al establecer un marco de cooperación entre los estados y las autoridades federales, se busca no solo proteger la salud animal, sino también garantizar la viabilidad económica de los productores ganaderos.
La estrategia de regionalización y vigilancia epidemiológica es un ejemplo de cómo las autoridades pueden trabajar en conjunto para abordar problemas complejos que afectan a la agricultura y la ganadería. La salud del ganado es un componente vital de la economía rural, y las medidas adoptadas por la Sader y los gobiernos estatales son un testimonio del compromiso hacia la sanidad animal y la seguridad alimentaria.
En resumen, la vigilancia epidemiológica del gusano barrenador es una prioridad para las autoridades mexicanas, que buscan proteger tanto a los productores locales como a los consumidores internacionales. Con un enfoque claro y colaborativo, se espera que estas medidas contribuyan a mantener la salud del ganado y la confianza en las exportaciones de México hacia Estados Unidos.