El huracán Erick, que tocó tierra en México el 19 de junio de 2025, ha dejado una estela de destrucción en los estados de Oaxaca y Guerrero. Inicialmente clasificado como un huracán de categoría 3, Erick se degradó a tormenta tropical, pero no sin antes causar severas afectaciones en la infraestructura y la vida de miles de personas en la región. Este artículo explora los efectos del huracán, las medidas de respuesta implementadas y las lecciones aprendidas de esta tragedia natural.
**Efectos Inmediatos del Huracán Erick**
El impacto del huracán Erick fue devastador. Con vientos sostenidos de hasta 205 km/h y rachas que alcanzaron los 250 km/h, el ciclón provocó inundaciones masivas, deslizamientos de tierra y cortes de energía eléctrica en múltiples municipios. En Guerrero, se reportaron más de 123,000 usuarios sin electricidad, y en Oaxaca, la situación fue similar, con miles de familias afectadas por la falta de servicios básicos.
Las autoridades locales activaron el Plan DN-III-E, un protocolo de emergencia de la Secretaría de la Defensa Nacional, que permitió el despliegue de más de 18,000 elementos de las Fuerzas Armadas y Protección Civil en las áreas más afectadas. Se habilitaron 582 refugios temporales para albergar a las personas evacuadas, y se distribuyeron despensas y agua potable a las comunidades en riesgo.
Uno de los incidentes más trágicos reportados fue la muerte de un menor de dos años en Guerrero, quien fue arrastrado por la corriente de un río. Este suceso subraya la gravedad de las condiciones climáticas y la necesidad de una respuesta rápida y efectiva ante tales desastres.
**Medidas de Respuesta y Recuperación**
A medida que el huracán Erick se debilitaba, las autoridades comenzaron a evaluar los daños y a implementar medidas de recuperación. La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, anunció la suspensión de clases en 37 municipios debido a las condiciones meteorológicas adversas. Esta decisión fue crucial para garantizar la seguridad de los estudiantes y del personal educativo.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) se movilizó rápidamente para restablecer el suministro eléctrico, aunque las condiciones del terreno complicaron las labores. A pesar de los esfuerzos, se reportó que solo el 26% de los usuarios afectados había recuperado el servicio en las primeras horas tras el paso del huracán.
En Oaxaca, el gobernador Salomón Jara lideró un operativo de evaluación de daños, que incluyó la revisión de carreteras y la infraestructura pública. Se identificaron cortes en las vías de comunicación y daños significativos en viviendas, lo que requerirá un esfuerzo considerable para la reconstrucción.
Las autoridades también hicieron un llamado a la población para que se mantuviera informada a través de los canales oficiales y evitar la difusión de noticias falsas que pudieran generar pánico o confusión. La Cámara Nacional de Comercio de Acapulco estimó que las pérdidas económicas podrían superar los 367 millones de pesos, afectando gravemente al sector turístico y comercial.
**Lecciones Aprendidas y Preparativos Futuros**
El paso del huracán Erick ha dejado lecciones importantes para la gestión de desastres en México. La necesidad de una planificación urbana adecuada y la regulación de la construcción en zonas de riesgo son temas que deben ser abordados con urgencia. El alcalde de Huatulco, Julio Cardenas, destacó que muchas de las afectaciones ocurrieron en áreas donde se habían permitido construcciones en zonas de riesgo, lo que pone de manifiesto la importancia de la planificación y la gestión del territorio.
Además, la coordinación entre las diferentes instancias de gobierno y la participación activa de la comunidad son esenciales para una respuesta efectiva ante desastres naturales. La implementación del Plan DN-III-E demostró ser un recurso valioso, pero también es fundamental que las comunidades estén preparadas y educadas sobre cómo actuar en situaciones de emergencia.
Finalmente, la importancia de la comunicación efectiva no puede ser subestimada. Las autoridades deben asegurarse de que la información sobre evacuaciones, refugios y medidas de seguridad llegue a todos los sectores de la población, especialmente a aquellos en áreas vulnerables.
El huracán Erick ha sido un recordatorio de la fuerza de la naturaleza y de la necesidad de estar preparados para enfrentar sus efectos. A medida que las comunidades de Oaxaca y Guerrero comienzan a recuperarse, es crucial que se tomen medidas para mitigar el impacto de futuros fenómenos meteorológicos y proteger a la población.