La industria de los videojuegos ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años, alcanzando un valor global estimado de 282 mil millones de dólares en 2024 y proyectándose a superar los 360 mil millones en 2027, según estimaciones de Statista. Este fenómeno no solo ha transformado la forma en que las personas se entretienen, sino que también ha generado preocupaciones sobre su impacto ambiental. Con 68.7 millones de jugadores en México, la popularidad del gaming plantea un desafío significativo: ¿cómo puede esta industria, que depende en gran medida de la energía, avanzar hacia la sostenibilidad?
### Impacto Energético del Gaming
El consumo energético de la industria del gaming es considerable. Las consolas, computadoras y servidores en la nube requieren una cantidad significativa de energía para funcionar. Por ejemplo, la PlayStation 5 consume más de 200 W durante el juego activo, mientras que la Xbox Series X utiliza 153 W. En contraste, la Nintendo Switch se destaca como la consola más eficiente, con un consumo de menos de 10 W. Sin embargo, el verdadero desafío radica en la falta de estandarización en la medición del consumo energético, lo que dificulta la cuantificación precisa del impacto ambiental.
Un estudio del Centro de Copenhague sobre Eficiencia Energética reveló que los juegos en PC, especialmente aquellos con hardware de alta gama, pueden consumir hasta 1400 kWh al año. Esta cifra puede duplicarse entre los jugadores más activos. Además, el uso prolongado de videojuegos, con sesiones que a menudo se extienden por varias horas, agrava el problema. En 2024, el promedio mundial de tiempo de juego fue de una hora y tres minutos, lo que se traduce en un consumo energético significativo.
La expansión de los servicios de gaming en la nube también añade un nivel adicional de complejidad. Títulos populares como Fortnite, Call of Duty: Warzone y League of Legends dependen de servidores que operan continuamente, lo que contribuye aún más al consumo energético global de la industria. A pesar de estos datos alarmantes, muchos en el sector continúan enfocándose en la innovación tecnológica, como la mejora de gráficos, sin prestar suficiente atención a la eficiencia energética.
### Hacia un Gaming Sostenible
A pesar de los desafíos, algunas de las principales desarrolladoras de videojuegos han comenzado a implementar estrategias para reducir su huella ecológica. Por ejemplo, la PlayStation 5 ha sido diseñada para consumir entre un 11% y un 17% menos de energía que su predecesora, la PS4, y hasta un 80% menos en modo de reposo. Microsoft, por su parte, ha introducido el modo de suspensión «Energy Saver» en sus consolas Xbox, que puede reducir el consumo energético hasta 20 veces en comparación con el modo de reposo tradicional.
Además, Microsoft ha anunciado que para 2025, todos sus centros de datos de Azure, que soportan sus servicios de juego en la nube, funcionarán con energía 100% renovable. Esta transición hacia fuentes de energía más limpias es un paso crucial para mitigar el impacto ambiental de la industria. Las medidas adoptadas por PlayStation también incluyen el uso de fuentes de alimentación eficientes y sistemas de enfriamiento optimizados, así como modos de energía de bajo consumo durante la inactividad.
Empresas como Riot Games están liderando el camino en sostenibilidad. Su Centro de Transmisión Remota en Dublín opera con energía 100% renovable, y han implementado sistemas automáticos de monitoreo energético en su sede de Los Ángeles para reducir su huella ambiental. Jeffrey Burrell, líder de Impacto Social y Sostenibilidad de Riot Games, enfatiza la importancia de que la industria tome medidas para limitar el consumo energético y alentar a otros a hacer lo mismo, destacando que más de 3,3 mil millones de personas juegan videojuegos en todo el mundo.
La industria del gaming se enfrenta a un reto monumental: equilibrar su crecimiento y popularidad con la necesidad urgente de adoptar prácticas más sostenibles. A medida que la conciencia sobre el cambio climático y la sostenibilidad continúa creciendo, es imperativo que los desarrolladores, jugadores y empresas del sector trabajen juntos para encontrar soluciones que permitan disfrutar de los videojuegos sin comprometer el futuro del planeta.
