La historia de Emma Yolanda Santos González es un claro ejemplo de cómo la impunidad puede prevalecer en un sistema judicial que, en teoría, debería proteger a los ciudadanos. A sus 70 años, Emma ha enfrentado un verdadero calvario desde que inició un litigio contra Simón Levy Dabbah, ex subsecretario de Turismo en México, quien ha sido acusado de amenazas, violencia y corrupción. A pesar de las múltiples denuncias en su contra, Levy ha logrado evadir la justicia, lo que plantea serias preguntas sobre la efectividad del sistema judicial en el país.
### Un Enfrentamiento Desgarrador
El conflicto entre Emma y Simón Levy comenzó en julio de 2019, cuando Emma decidió demandar a Levy por incumplimiento de un convenio relacionado con la construcción de un edificio en Polanco. Desde el inicio de este proceso, Emma ha sido objeto de amenazas y agresiones por parte de Levy, quien, en un video que se volvió viral, se le escucha pateando la puerta de su departamento y amenazándola de muerte. Este acto de violencia no solo refleja la naturaleza agresiva de Levy, sino también la desesperación de Emma, quien ha estado lidiando con problemas de salud y una presión emocional constante.
La situación se ha agravado con el tiempo. A pesar de que la Interpol emitió una ficha roja para su captura, Levy ha continuado viviendo en México sin ser detenido. Eduardo Fuentes, abogado de Emma y cuñado de la víctima, ha denunciado que hay filtraciones en la fiscalía que han permitido a Levy mantenerse libre. Esta impunidad ha llevado a Emma a vivir en un estado de constante temor, lo que ha afectado gravemente su salud.
### La Red de Corrupción y Protección
La historia de Emma no es un caso aislado. La impunidad que rodea a Simón Levy sugiere una red más amplia de corrupción y protección que permite a individuos como él evadir la justicia. Según Fuentes, Levy ha utilizado su influencia y conexiones para manipular el sistema judicial a su favor. A pesar de tener varias órdenes de aprehensión en su contra, Levy ha logrado evitar ser detenido, lo que plantea serias dudas sobre la integridad del sistema judicial en México.
Levy ha sido descrito como un «mentiroso, mitómano y enfermo mental» por su abogado, quien también ha señalado que el ex funcionario ha intentado desacreditar a Emma a través de denuncias falsas. Por ejemplo, después de que se hiciera público el video de la agresión, Levy alegó que Emma había intentado atacarlo con un cuchillo, una afirmación que fue rápidamente desmentida por el abogado, quien presentó pruebas médicas que demostraban que Emma estaba incapacitada para realizar tal acción.
Además, la comunidad judía a la que Levy pertenece ha comenzado a distanciarse de él, reconociendo que ha estafado a varios miembros. Este hecho resalta cómo la corrupción y la falta de ética pueden infiltrarse en diferentes niveles de la sociedad, afectando no solo a las víctimas directas, sino también a las comunidades en las que viven.
El abogado Fuentes ha expresado su preocupación por la salud de Emma, quien vive con el temor constante de que Levy pueda hacerle daño. La violencia de género es un tema serio en México, y este caso pone de relieve la necesidad de que las autoridades tomen medidas más efectivas para proteger a las víctimas y garantizar que los agresores enfrenten las consecuencias de sus acciones.
### La Lucha por la Justicia
A pesar de las adversidades, Emma y su abogado continúan luchando por justicia. Han presentado múltiples denuncias y han hecho un llamado a las autoridades para que actúen en consecuencia. Sin embargo, la experiencia de Emma es un recordatorio de que el camino hacia la justicia puede ser largo y complicado, especialmente para aquellos que enfrentan la violencia y la intimidación.
La situación de Emma Yolanda Santos González y Simón Levy es un reflejo de un problema más amplio en la sociedad mexicana, donde la impunidad y la corrupción pueden prevalecer sobre la justicia. La historia de Emma es un llamado a la acción para que las autoridades y la sociedad en general tomen medidas para proteger a las víctimas de violencia y garantizar que los agresores sean llevados ante la justicia. La lucha de Emma no solo es por su propia justicia, sino también por todas las mujeres que enfrentan situaciones similares en un sistema que a menudo falla en protegerlas.