El mercado laboral en Latinoamérica enfrenta una serie de desafíos estructurales que limitan su capacidad de crecimiento y desarrollo. Según un reciente estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los empleos en sectores de alta y media alta tecnología representan apenas el 2.1% del total de empleos en la región. Esta cifra es alarmantemente baja en comparación con el 7.7% que se observa en los 38 países miembros de la OCDE. Este artículo examina las implicaciones de estos datos y las posibles estrategias para transformar el mercado laboral en Latinoamérica.
**La Brecha Tecnológica en el Empleo**
Uno de los hallazgos más preocupantes del informe de la OCDE es la escasa representación de empleos intensivos en tecnología y digitalización en Latinoamérica. Mientras que el 15% de los empleos en la región son de alta intensidad digital, esta cifra se queda corta frente al 21% que se encuentra en las economías más avanzadas de la OCDE. Esta brecha no solo refleja un rezago en la adopción de tecnologías avanzadas, sino que también sugiere que muchos trabajadores están siendo excluidos de las oportunidades que ofrecen estos sectores.
La falta de empleos de alta tecnología tiene un impacto directo en los salarios y la calidad del empleo. Los trabajos en sectores tecnológicos suelen ofrecer remuneraciones significativamente más altas que el promedio nacional. Por lo tanto, la escasez de estos empleos en la región contribuye a la perpetuación de la pobreza y la desigualdad. La OCDE ha señalado que la transformación de la producción inclusiva requiere una inversión estratégica en sectores con un fuerte potencial para crear empleos de calidad, lo que podría ser un camino claro para aumentar los ingresos y mejorar la calidad del empleo en Latinoamérica.
**Estructura del Mercado Laboral y la Informalidad**
Otro aspecto crítico que resalta el informe es la alta tasa de informalidad en el mercado laboral de Latinoamérica. Aproximadamente uno de cada dos trabajadores en la región se encuentra en la economía informal, lo que significa que carecen de acceso a beneficios sociales y prestaciones laborales. Esta situación no solo afecta la calidad de vida de los trabajadores, sino que también limita la capacidad de los gobiernos para generar ingresos fiscales y, por ende, invertir en desarrollo económico.
La OCDE ha indicado que el 55% de los empleos en la región no cuentan con seguridad social, lo que es un claro indicador de la precariedad laboral que enfrentan muchos trabajadores. La informalidad se ve alimentada por un modelo de producción que no ha evolucionado para adaptarse a las nuevas realidades económicas y tecnológicas. Para abordar este problema, es fundamental que los gobiernos de la región implementen políticas que fomenten la formalización del empleo y la creación de trabajos de calidad.
**Inversión y Desarrollo Productivo**
El informe también destaca la necesidad de aumentar la inversión en sectores clave para el desarrollo productivo. Actualmente, los gobiernos latinoamericanos destinan solo el 0.5% del Producto Interno Bruto (PIB) a políticas de desarrollo productivo, una cifra que contrasta drásticamente con el 3% que se invierte en los países de la OCDE. Esta falta de inversión limita la capacidad de los países latinoamericanos para impulsar la transformación productiva y mejorar la competitividad.
La Inversión Extranjera Directa (IED) en la región alcanzó el 2.8% del PIB en 2024, enfocándose principalmente en energías renovables, infraestructuras digitales e industrias intensivas en tecnología. Sin embargo, los mercados de valores en Latinoamérica siguen siendo poco profundos, con una capitalización bursátil del 37.4% del PIB, en comparación con el 64.4% de los países de la OCDE. Esta situación resalta la necesidad de fortalecer los mercados financieros y fomentar la inversión en sectores que puedan generar empleos de calidad.
**El Papel de las Instituciones de Financiamiento**
Las instituciones de financiamiento del desarrollo están desempeñando un papel cada vez más importante en la promoción de la capacidad productiva en Latinoamérica. Actualmente, el 32% de las carteras de estas instituciones se centran en respaldar a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes), que son fundamentales para la creación de empleo en la región. Sin embargo, es crucial que estas instituciones adopten un enfoque más proactivo para fomentar la innovación y la transferencia tecnológica.
El secretario general de la OCDE ha enfatizado la necesidad de adoptar reformas ambiciosas para impulsar la productividad laboral y abordar los altos niveles de informalidad. Esto incluye potenciar las industrias exportadoras de valor agregado y promover la cooperación internacional para armonizar políticas que faciliten el desarrollo económico.
**Perspectivas para el Futuro**
El informe “Perspectivas económicas de América Latina 2025: Impulsando y financiando la transformación productiva” es un llamado a la acción para los gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil en la región. La transformación del mercado laboral en Latinoamérica es un desafío complejo, pero no insuperable. Con un enfoque estratégico en la inversión, la formalización del empleo y la adopción de tecnologías avanzadas, es posible crear un futuro más inclusivo y sostenible para todos los trabajadores en la región.
La OCDE, junto con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) y la Comisión Europea, ha puesto de manifiesto la importancia de la colaboración y la armonización de políticas para lograr un desarrollo económico sostenible en Latinoamérica. La región tiene el potencial de convertirse en un líder en innovación y tecnología, pero para ello es necesario un compromiso conjunto para abordar los desafíos actuales y construir un futuro más próspero para todos.