La construcción del tren que conectará el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) con la Ciudad de México enfrenta serios desafíos a medida que se acerca el Mundial de Fútbol 2026. Especialistas advierten que la falta de tiempo para la planificación de vuelos y rutas podría dejar a las aerolíneas en una situación complicada, lo que afectaría la llegada de millones de turistas internacionales durante el evento. La urgencia por completar esta infraestructura se ha vuelto un tema crítico, especialmente considerando que el AIFA se encuentra en una ubicación más alejada en comparación con el saturado Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y la terminal de Toluca.
La ampliación del tren comenzó en 2022 con la expectativa de que estuviera lista para finales de 2023. Sin embargo, diversos obstáculos sociales y técnicos han retrasado la obra, que ya ha acumulado gastos que rondan los 25 mil millones de pesos. Edmundo Gamas, director del Instituto Mexicano para la Infraestructura (Imexdi), ha señalado que el gobierno mexicano ha tomado decisiones que han puesto al país en desventaja, como la cancelación del aeropuerto de Texcoco, que se consideraba una solución viable para la saturación aérea.
### La Conectividad Aérea y sus Implicaciones
La conectividad aérea es un aspecto fundamental que no solo depende de la construcción del tren, sino también de la disponibilidad de vuelos, rutas y frecuencias suficientes para atender la demanda de pasajeros. Juan Carlos Machorro, especialista en infraestructura, ha comentado que el gobierno está invirtiendo cerca de 8 mil millones de pesos en mejoras cosméticas en el AICM para prepararlo para el Mundial. Sin embargo, esta inversión no aborda los problemas estructurales que enfrenta el aeropuerto, que sigue siendo insuficiente para manejar el volumen de pasajeros esperado.
La Secretaría de Turismo (Sectur) estima que más de 5 millones de turistas internacionales llegarán a México durante el Mundial, lo que hace que la necesidad de una infraestructura adecuada sea aún más urgente. La falta de un sistema ferroviario eficiente podría resultar en un caos logístico, afectando no solo a las aerolíneas, sino también a los touroperadores y a la experiencia general de los visitantes.
El gobierno ha anunciado planes para expropiar terrenos necesarios para la construcción del ramal ferroviario, pero enfrenta juicios que complican aún más el proceso. La incertidumbre sobre la finalización del tren y la capacidad del AICM para manejar el aumento de tráfico aéreo plantea serias dudas sobre la preparación de México para el evento deportivo más importante del mundo.
### Proyecciones Futuras y Retos Persistentes
Maximiliano Zurita, director general de CAF México, ha indicado que la ampliación del tren podría estar lista a inicios de 2026, lo que deja un margen muy estrecho para las pruebas y la operación antes del Mundial. A pesar de los esfuerzos por acelerar la construcción, la seguridad sigue siendo una prioridad, lo que podría prolongar aún más el proceso. La experiencia de otros proyectos de infraestructura en el país, como el Tren Interurbano México-Toluca, que aún no opera a su máxima capacidad debido a litigios por derechos de vía, sugiere que los problemas de planificación y ejecución son comunes en este tipo de proyectos.
La situación actual plantea un escenario en el que, a pesar de las inversiones en infraestructura, México podría enfrentar una crisis de conectividad durante el Mundial. La falta de un sistema ferroviario eficiente y la saturación del AICM podrían resultar en una experiencia negativa para los turistas, lo que afectaría la imagen del país como un destino turístico de primer nivel.
Los expertos coinciden en que, si bien se están realizando esfuerzos para mejorar la infraestructura existente, es probable que la situación no se resuelva completamente antes del Mundial. La necesidad de una solución a largo plazo para la saturación aérea y la conectividad en la región metropolitana de la Ciudad de México es más urgente que nunca. A medida que se acerca el evento, la presión sobre el gobierno y las autoridades de transporte aumentará, y será crucial que se tomen decisiones efectivas para garantizar que México esté preparado para recibir a millones de visitantes en 2026.
