La reciente acción de Valentina Gómez, candidata republicana al Congreso de Texas, ha desatado una ola de críticas y condenas a nivel nacional. En un video que se volvió viral, Gómez aparece incendiando un ejemplar del Corán con un lanzallamas, mientras lanza mensajes incendiarios en contra del islam. La grabación, que ha sido ampliamente compartida en redes sociales, muestra a la candidata sosteniendo el arma mientras expresa: «Tus hijas serán violadas y tus hijos decapitados a menos que detengamos el Islam de una vez por todas». Este tipo de retórica no solo ha generado indignación entre líderes políticos y comunidades religiosas, sino que también ha suscitado preocupaciones sobre el impacto que tales mensajes pueden tener en la sociedad estadounidense, especialmente en un contexto electoral tan polarizado.
La candidata, de origen colombiano, busca representar al Distrito 31 de Texas en la Cámara de Representantes en las elecciones de 2026. A través de su video, Gómez intenta movilizar a sus seguidores, apelando a un discurso que muchos consideran islamofóbico. En sus declaraciones, también afirma que «Estados Unidos es una nación cristiana» y sugiere que los musulmanes deberían regresar a los países de mayoría islámica. Este tipo de comentarios han sido condenados por diversas organizaciones que luchan contra la discriminación y el odio, quienes advierten que tales acciones pueden contribuir a un clima de intolerancia y violencia.
No es la primera vez que Valentina Gómez se encuentra en el centro de la controversia. En diciembre de 2024, realizó una manifestación en Nueva York donde disparó contra un muñeco que representaba a un migrante, pidiendo la ejecución pública de extranjeros acusados de delitos violentos. Este acto provocó la suspensión de su cuenta de Instagram, aunque eso no ha detenido su carrera política. Además, ha sido criticada por quemar libros relacionados con la comunidad LGBTQ+, argumentando que son perjudiciales para los menores. A pesar de sus acciones provocativas, en las elecciones primarias republicanas de 2024, Gómez solo logró obtener el 7.4% de los votos, posicionándose en un modesto sexto lugar.
La trayectoria de Gómez es un reflejo de cómo algunas figuras políticas están utilizando la polarización y el miedo como herramientas para ganar apoyo. Nacida en Medellín, Colombia, en 1999, emigró a Estados Unidos con su familia en 2009 y se estableció en Nueva Jersey. Su incursión en la política comenzó en 2024, cuando se postuló para la Secretaría de Estado de Misuri. Desde entonces, ha mantenido una presencia activa en redes sociales, donde sus publicaciones a menudo generan controversia y debate.
La reacción a sus acciones ha sido rápida y contundente. Líderes de diversas comunidades religiosas han expresado su preocupación por el mensaje que Gómez está promoviendo, argumentando que incita al odio y a la violencia. Además, muchos usuarios de plataformas digitales han señalado que este tipo de retórica puede tener consecuencias peligrosas, especialmente en un país donde la diversidad religiosa es un valor fundamental. La comunidad musulmana en Estados Unidos ha denunciado el acto de Gómez como un ataque directo a su fe y a su identidad, y han instado a la sociedad a rechazar este tipo de discursos que fomentan la división y el odio.
En un clima político donde la polarización y la desinformación son cada vez más comunes, el caso de Valentina Gómez resalta la necesidad de un diálogo más constructivo y respetuoso entre diferentes comunidades. La política debería ser un espacio para la inclusión y el entendimiento, no para la incitación al odio. La respuesta a sus acciones podría ser un llamado a la acción para aquellos que creen en la convivencia pacífica y el respeto mutuo entre diferentes culturas y religiones. A medida que se acercan las elecciones de 2026, es probable que la figura de Gómez siga siendo objeto de debate y controversia, lo que plantea preguntas sobre el futuro de la política en Texas y en todo Estados Unidos.