En los últimos meses, México ha experimentado un notable aumento en las importaciones, mientras que el consumo de productos fabricados en el país ha mostrado una tendencia a la baja. Este fenómeno ha sido objeto de análisis por parte de expertos, quienes apuntan a diversos factores que han influido en esta dinámica. A pesar de los esfuerzos del gobierno por promover la marca ‘Hecho en México’, la preferencia por productos extranjeros ha crecido, lo que plantea un desafío significativo para la economía nacional.
La reciente información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revela que, en junio, las compras de bienes nacionales disminuyeron un 0.5% en comparación con el mismo mes del año anterior, ajustando por inflación. Este descenso se ha visto reflejado en categorías específicas, como los productos semiduraderos, que incluyen artículos como licuadoras y ropa, que cayeron un 0.6%. Por otro lado, el consumo de productos no duraderos, como alimentos y artículos de higiene personal, también experimentó una reducción del 0.5%. En contraste, las importaciones de bienes crecieron un 8.2%, destacando un aumento del 14.5% en la compra de alimentos y productos de higiene personal provenientes del extranjero.
La apreciación del tipo de cambio ha sido un factor clave en este cambio de comportamiento del consumidor. Con un tipo de cambio promedio de 19.03 pesos por dólar en junio, el peso mexicano alcanzó su nivel más fuerte desde julio de 2024. Esta situación ha permitido que los productos importados sean más accesibles para los consumidores mexicanos, lo que ha llevado a un incremento en la demanda de estos bienes. Aníbal Gutiérrez, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, señala que los intermediarios, como supermercados y tiendas departamentales, han anticipado sus compras en el extranjero debido a la incertidumbre comercial con Estados Unidos, especialmente tras el regreso de Donald Trump a la presidencia.
**Factores que Impactan el Consumo Privado**
El consumo privado en México ha mostrado un crecimiento del 1.6% en junio, impulsado por incrementos salariales, remesas y programas sociales. Sin embargo, este crecimiento se ve contrarrestado por la pérdida de empleos en el sector formal y un aumento en la informalidad, lo que afecta la capacidad de gasto de las familias. Santiago Mendoza, analista económico del banco Ve por Más, destaca que la confianza del consumidor ha alcanzado su nivel más bajo del año, lo que ha llevado a un comportamiento más cauteloso en las decisiones de gasto.
Además, la inflación en ciertos productos y las altas tasas de interés han limitado el dinamismo del gasto familiar. A pesar de que se espera un aumento en el consumo durante los últimos meses del año debido a campañas promocionales y compras de fin de año, los analistas de Banorte advierten que las tasas de crecimiento serán relativamente limitadas. La confianza del consumidor y el patrón de gasto reservado de los hogares son factores que seguirán influyendo en el comportamiento del consumo privado.
**Perspectivas Futuras y Desafíos**
Las proyecciones para el futuro del consumo en México son mixtas. Aunque se anticipa que el gasto de las familias podría acelerarse en los últimos meses del año, las condiciones actuales sugieren que el crecimiento será moderado. Los analistas de Banamex prevén que el consumo continuará desacelerándose debido a un menor aumento en los ingresos de los hogares, altas tasas de interés reales y una posible depreciación del tipo de cambio frente al dólar.
Además, un debilitamiento del mercado laboral o la implementación de políticas migratorias más estrictas en Estados Unidos podrían impactar negativamente la entrada de remesas, afectando así el ingreso disponible de los hogares mexicanos. En este contexto, el gobierno y las empresas deben redoblar esfuerzos para fomentar el consumo de productos nacionales y fortalecer la economía interna, enfrentando el reto de la creciente preferencia por bienes importados.
La situación actual plantea un escenario complejo para la economía mexicana, donde la balanza entre el consumo de productos nacionales e importados se inclina hacia lo extranjero. La promoción de la marca ‘Hecho en México’ y campañas como ‘Lo Hecho en México está mejor hecho’ son pasos importantes, pero se requiere un enfoque integral que aborde las causas subyacentes de esta tendencia. La recuperación del consumo nacional dependerá de la capacidad del país para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y fortalecer su producción interna.