La comunicación entre los seres vivos ha sido objeto de estudio durante décadas, y un reciente análisis ha revelado diferencias significativas entre la forma en que los humanos interactúan con sus bebés y cómo lo hacen otros simios. Este estudio, liderado por investigadores de la Universidad de Zúrich, busca desentrañar los orígenes del lenguaje humano, centrándose en la interacción entre los bonobos y sus crías en la República Democrática del Congo.
### La Singularidad del Maternés
Los humanos tienen una forma única de comunicarse con los bebés, conocida como «maternés» o habla dirigida a los bebés. Este estilo de comunicación incluye un tono más alto, una pronunciación exagerada y la repetición de palabras, lo que capta la atención de los pequeños. Este patrón no solo es característico de los humanos, sino que también juega un papel crucial en el desarrollo del lenguaje. Sin embargo, la investigación ha demostrado que los simios, a pesar de ser nuestros parientes más cercanos, apenas utilizan este tipo de comunicación con sus crías.
Johanna Schick, lingüista y autora del estudio, explica que esta característica podría ser un rasgo evolutivo exclusivo de los humanos. En su investigación, Schick y su equipo observaron que los bonobos y chimpancés jóvenes rara vez son objeto de comunicación directa por parte de los adultos. En contraste, los bebés humanos son expuestos a un flujo constante de lenguaje, lo que les permite aprender y desarrollar habilidades lingüísticas de manera más efectiva.
Los investigadores realizaron observaciones en diferentes entornos, desde la selva amazónica hasta Uganda, recopilando datos sobre cómo los adultos se comunican con los niños y los simios. Los resultados fueron sorprendentes: los bebés humanos escuchan un número significativamente mayor de interacciones lingüísticas en comparación con los simios. Por ejemplo, los niños humanos reciben comunicación dirigida a ellos 69 veces más que los chimpancés y 399 veces más que los bonobos.
### Implicaciones para la Evolución del Lenguaje
La diferencia en la cantidad de comunicación dirigida a los bebés entre humanos y simios plantea preguntas sobre cómo se desarrolló el lenguaje en nuestra especie. Los simios jóvenes aprenden a comunicarse a través de la observación de los adultos, pero este método parece ser insuficiente para desarrollar un sistema de lenguaje complejo. En cambio, los humanos, al recibir un alto volumen de interacciones lingüísticas desde una edad temprana, pueden adquirir habilidades lingüísticas más avanzadas.
Asif Ghazanfar, neurocientífico de la Universidad de Princeton, sugiere que el desarrollo cerebral prolongado de los bebés humanos podría ser un factor clave. A diferencia de los simios, que alcanzan la independencia más rápidamente, los humanos requieren más tiempo y atención de sus cuidadores. Esta necesidad de interacción constante podría haber facilitado el desarrollo del lenguaje complejo, permitiendo a los niños aprender a hablar antes de que puedan comunicarse por sí mismos.
El estudio también destaca la importancia de la comunicación en el desarrollo social y emocional de los niños. La interacción verbal no solo les ayuda a aprender palabras y frases, sino que también fomenta un vínculo más fuerte entre padres e hijos. Este aspecto emocional de la comunicación podría ser un factor que ha influido en la evolución del lenguaje humano, diferenciándonos aún más de nuestros parientes simios.
Marina Kalashnikova, lingüista del Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje en España, señala que aunque el estudio proporciona información valiosa, sería interesante observar a bebés más pequeños para comprender mejor cómo se desarrolla la comunicación en las primeras etapas de la vida. La investigación futura podría arrojar luz sobre cómo los humanos adquieren el lenguaje en sus primeros meses, un periodo crítico que podría ser fundamental para entender la evolución del lenguaje.
A pesar de las diferencias en la comunicación entre humanos y simios, el estudio sugiere que las raíces del lenguaje podrían estar presentes en las interacciones que los simios tienen con sus crías, aunque estas sean limitadas. Los investigadores están ansiosos por seguir explorando este campo, ya que cada descubrimiento puede ofrecer una nueva perspectiva sobre cómo se formó el lenguaje humano y cómo nuestras interacciones con los bebés han evolucionado a lo largo del tiempo. La comunicación es un aspecto esencial de la vida social, y entender su origen puede ayudarnos a comprender mejor no solo a nosotros mismos, sino también a nuestros parientes más cercanos en el reino animal.