El reciente hundimiento del buque carguero Morning Midas, que transportaba más de tres mil vehículos desde China hacia Lázaro Cárdenas, Michoacán, ha puesto en el centro del debate los riesgos asociados al transporte marítimo de vehículos eléctricos. Este incidente, que ocurrió en aguas internacionales a 725 kilómetros al suroeste de Alaska, ha encendido las alarmas en la comunidad marítima internacional, revelando vacíos normativos y peligros latentes en la industria.
El buque, que llevaba a bordo 3,048 vehículos, de los cuales 70 eran totalmente eléctricos y 681 híbridos, ha sido objeto de análisis por parte de expertos en la materia. El Capitán Antonio Manuel Padrón y Santiago, Embajador Marítimo de Buena Voluntad de la Organización Marítima Internacional (OMI), ha señalado que este no es un caso aislado. En los últimos años, han ocurrido otros siniestros similares, siendo el más conocido el del Felicity Ace, que también transportaba vehículos eléctricos y se hundió en el Océano Atlántico en febrero de 2022.
### Incendios y Riesgos Asociados
Uno de los principales problemas identificados por el Capitán Padrón es el riesgo de incendio originado en los vehículos eléctricos a bordo. Este tipo de incidentes no solo pone en peligro la vida de la tripulación, sino que también plantea desafíos significativos para los equipos de emergencia. Según el experto, el auto-calentamiento de las baterías puede generar incendios en cuestión de minutos, convirtiendo un vehículo en una «verdadera antorcha». Esto se debe a que, en condiciones específicas, un incendio puede iniciarse en tan solo 2 a 5 minutos, lo que dificulta la respuesta de los servicios de emergencia.
Además, durante un incendio de batería, se emiten gases tóxicos como el cloruro de hidrógeno, lo que complica aún más la situación. Los equipos de emergencia no pueden acercarse sin el equipo adecuado, como respiradores autónomos, y no hay métodos efectivos para extinguir estos incendios. Este riesgo inmediato para la tripulación es solo una parte del problema; las implicaciones legales y económicas también son significativas. En el caso del Felicity Ace, el armador no recibió compensación del seguro debido a que transportaba una cantidad de vehículos eléctricos que superaba el límite permitido.
### Necesidad de Regulaciones Más Estrictas
El incidente del Morning Midas ha resaltado la necesidad urgente de revisar y fortalecer las regulaciones en el transporte marítimo de vehículos eléctricos. El Capitán Padrón enfatiza que es crucial verificar si los buques cuentan con los certificados adecuados para transportar mercancías peligrosas. Si un naviero no cumple con los requisitos, puede enfrentar consecuencias económicas severas, como la pérdida de seguros en caso de un siniestro.
Además, el impacto ambiental de estos incidentes no puede ser ignorado. El hundimiento del Morning Midas, que se encuentra a 4,000 metros de profundidad y tiene cientos de toneladas de combustible a bordo, representa un riesgo de contaminación inminente. La situación exige una respuesta coordinada y efectiva por parte de las autoridades marítimas y ambientales para mitigar los efectos de estos desastres.
El Capitán Padrón ha propuesto que el transporte de vehículos eléctricos se considere mercancía peligrosa, incluso cuando ya están ensamblados. Esto implicaría establecer medidas más estrictas y protocolos de seguridad para su transporte. Actualmente, la Organización Marítima Internacional, a través del Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar (SOLAS) y el Código Marítimo Internacional de Transporte de Mercancías Peligrosas (Código IMDG), ya contempla las baterías de litio como mercancía peligrosa, pero es evidente que se necesitan más avances en este ámbito.
La comunidad marítima debe aprender de los errores del pasado y priorizar la seguridad de la tripulación y del medio ambiente. La experiencia acumulada en incidentes anteriores debe servir como base para desarrollar nuevas estrategias y regulaciones que garanticen un transporte seguro y eficiente de vehículos eléctricos. La industria naviera se enfrenta a un desafío significativo en la adaptación a esta nueva realidad, y es fundamental que se tomen medidas proactivas para evitar futuros desastres.
El Capitán Padrón concluye que, aunque los accidentes son lamentables, son oportunidades para aprender y mejorar. La clave está en analizar lo ocurrido y establecer medidas preventivas que permitan navegar con seguridad en esta nueva era del transporte marítimo. La seguridad no debe ser una opción, sino una prioridad en la industria, especialmente con el creciente uso de vehículos eléctricos en el comercio internacional.