La dinámica de las inversiones internacionales ha tomado un rumbo interesante en 2024, con México y China destacándose como dos de los países más relevantes en el ámbito de la inversión extranjera directa (IED). A pesar de los desafíos globales, ambos países han logrado mantener su posición en el ranking de receptores de inversión, según el último informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
**El Contexto de la Inversión Extranjera Directa**
En el contexto de la IED, es importante señalar que, aunque los países desarrollados, como Estados Unidos, continúan siendo los principales receptores de inversiones, los países en desarrollo han mostrado un crecimiento notable. En 2024, Estados Unidos se posicionó como el mayor receptor de IED, captando 279 mil millones de dólares, seguido por Singapur y Hong Kong. Sin embargo, México, Brasil, Egipto, Indonesia, India y Vietnam han logrado captar inversiones significativas, lo que refleja un cambio en la dinámica de inversión global.
El informe de la UNCTAD destaca que, en total, el mundo captó un billón 531 mil millones de dólares en inversiones, de los cuales 664 mil millones fueron dirigidos a países desarrollados y 867 mil millones a economías en desarrollo. Este fenómeno indica que, a pesar de la incertidumbre global provocada por conflictos geopolíticos y guerras comerciales, los países en desarrollo están encontrando formas de atraer capital extranjero.
**México en el Escenario Global**
México ha mantenido su posición en el ranking global de IED, ocupando el undécimo lugar en 2023 y 2024. A pesar de una disminución en las inversiones de empresas mexicanas en el exterior, que cayeron de 14 mil 532 millones de dólares en 2022 a solo 5 mil 736 millones en 2023, el país sigue siendo un destino atractivo para los inversores extranjeros. La estabilidad económica y las reformas estructurales implementadas en los últimos años han contribuido a esta percepción positiva.
El informe también señala que, a pesar de la disminución en la inversión mexicana en el extranjero, el país ha logrado atraer capital en sectores clave como la manufactura, la energía y la tecnología. Las políticas gubernamentales que fomentan la inversión y la creación de un ambiente favorable para los negocios han sido factores determinantes en este proceso. Además, la proximidad geográfica a Estados Unidos, el acceso a tratados de libre comercio y una fuerza laboral competitiva son ventajas que México sigue ofreciendo a los inversores.
En el ranking de los países que más invierten en el mundo, México se encuentra en una posición competitiva, aunque todavía por detrás de potencias como Estados Unidos, Japón y China. Sin embargo, el país ha demostrado un potencial significativo para atraer inversiones en sectores emergentes, lo que podría cambiar su posición en el futuro.
**Desafíos y Oportunidades para el Futuro**
A pesar de los logros, México enfrenta varios desafíos que podrían afectar su capacidad para atraer inversiones en el futuro. La incertidumbre política, la inseguridad y la corrupción son factores que pueden desalentar a los inversores. Además, la competencia de otros países en desarrollo que también buscan atraer capital extranjero es feroz. Por ejemplo, Brasil y Egipto han mostrado un crecimiento notable en sus flujos de inversión, lo que podría poner presión sobre México para mejorar su oferta.
Sin embargo, hay oportunidades significativas que México puede aprovechar. La transición hacia energías renovables y la digitalización de la economía son áreas en las que el país puede atraer inversiones sustanciales. La creciente demanda de tecnologías limpias y sostenibles, así como la necesidad de modernizar infraestructuras, presentan oportunidades únicas para los inversores. Además, la implementación de políticas que fomenten la innovación y el emprendimiento puede ayudar a México a posicionarse como un líder en sectores emergentes.
En resumen, mientras que México y China continúan siendo actores clave en el escenario de la inversión global, es crucial que ambos países aborden los desafíos existentes y capitalicen las oportunidades que se presentan. La capacidad de adaptarse a un entorno económico cambiante y de fomentar un clima de inversión favorable será determinante para su éxito en los próximos años.