Las aplicaciones de control menstrual han ganado popularidad en los últimos años, convirtiéndose en herramientas esenciales para muchas mujeres que buscan gestionar su salud reproductiva. Sin embargo, detrás de su aparente utilidad se esconde una realidad preocupante: la recopilación y venta de datos personales sin la debida regulación. Este fenómeno, conocido como femtech, está generando un mercado que se estima superará los 60 mil millones de dólares para 2027. A medida que más mujeres utilizan estas aplicaciones, es crucial entender cómo funcionan y qué implicaciones tienen para la privacidad y la seguridad de sus datos.
### Funcionamiento y recopilación de datos
Las aplicaciones de seguimiento menstrual suelen requerir que las usuarias ingresen información personal al inicio, como la fecha de su última menstruación, la duración del ciclo, síntomas físicos y emocionales, así como detalles sobre su actividad sexual y el uso de anticonceptivos. Aunque algunas de estas aplicaciones permiten registrar estados de ánimo, flujo, temperatura corporal basal, sueño y hábitos alimenticios, la mayoría no explican cómo utilizan estos datos para realizar sus cálculos. Esto plantea una serie de interrogantes sobre la precisión de las predicciones que ofrecen.
Un estudio reciente reveló que muchas usuarias creen que sus datos no tienen valor comercial y que no se utilizan con fines de consumo. Sin embargo, la realidad es que la información recopilada puede ser extremadamente valiosa para las empresas, que la utilizan para crear perfiles detallados de comportamiento y preferencias. Esto no solo alimenta la publicidad dirigida, sino que también puede ser vendido a terceros, lo que plantea serios riesgos para la privacidad de las usuarias.
### Riesgos asociados a la mercantilización de datos
La falta de regulación en el mercado de aplicaciones de salud y bienestar ha llevado a un aumento en los riesgos asociados con la privacidad de los datos. La Dra. Stefanie Felsberger, autora de un estudio sobre este tema, advierte que la mercantilización de los datos recopilados puede tener consecuencias devastadoras para las mujeres. Por ejemplo, el costo de la información de una mujer en el tercer trimestre de su embarazo puede aumentar hasta 220 veces en comparación con otros datos, lo que la convierte en un objetivo atractivo para la publicidad.
Además, la recopilación de datos menstruales puede ser utilizada para monitorear a las empleadas en el lugar de trabajo, lo que podría resultar en discriminación en el acceso a seguros de salud o incluso en decisiones de contratación. La manipulación de datos también puede ser utilizada para restringir derechos reproductivos, como se evidenció en casos recientes donde la información sobre ciclos menstruales fue utilizada para vigilar y limitar el acceso al aborto.
Un caso alarmante ocurrió en Misuri, donde se creó una base de datos para rastrear los ciclos menstruales de pacientes que acudieron a clínicas de salud reproductiva. Esta información fue utilizada para identificar posibles abortos fallidos, lo que plantea serias preocupaciones sobre la privacidad y el uso indebido de datos personales. Otro caso se dio durante la administración de Trump, donde se mantuvo una base de datos con información reproductiva de adolescentes bajo custodia, lo que llevó a la restricción del acceso a servicios de salud reproductiva.
### La necesidad de una mayor regulación
La creciente preocupación por la privacidad de los datos en el ámbito de la salud ha llevado a un llamado a la acción para establecer regulaciones más estrictas en la industria de femtech. Las usuarias deben ser informadas sobre cómo se utilizan sus datos y tener la opción de optar por no compartir información sensible. La transparencia en el manejo de datos es esencial para garantizar que las aplicaciones de seguimiento menstrual no se conviertan en herramientas de explotación.
Además, es fundamental que las empresas que desarrollan estas aplicaciones implementen medidas de seguridad robustas para proteger la información personal de sus usuarias. Esto incluye el cifrado de datos y la limitación del acceso a información sensible solo a personal autorizado.
Las aplicaciones de control menstrual pueden ofrecer beneficios significativos para la salud y el bienestar de las mujeres, pero es crucial que las usuarias sean conscientes de los riesgos asociados con la recopilación de datos. La educación sobre la privacidad de los datos y la promoción de prácticas responsables en la industria son pasos necesarios para proteger los derechos de las mujeres en el ámbito digital. A medida que el mercado de femtech continúa creciendo, la responsabilidad recae tanto en las empresas como en las usuarias para garantizar que la tecnología se utilice de manera ética y segura.