En México, se ha revelado que hasta un 30% de los abortos espontáneos podrían estar vinculados a la calidad del esperma, un aspecto que ha sido frecuentemente pasado por alto en el ámbito médico y en las políticas públicas. Especialistas en salud reproductiva han comenzado a enfatizar la importancia de considerar el papel del hombre en el proceso de concepción, dado que aporta el 50% del material genético necesario para la formación de un embrión. Esta nueva perspectiva busca desmitificar la idea de que los abortos espontáneos son exclusivamente responsabilidad de la mujer, abriendo la puerta a un enfoque más integral en la salud reproductiva.
Según datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID), entre enero de 2018 y octubre de 2023, se registraron cerca de 979 mil abortos en el país, de los cuales el 77.4% fueron espontáneos. Esto representa aproximadamente 757 mil casos en cinco años, lo que equivale a un promedio de 120 mil abortos espontáneos cada año. Esta cifra alarmante ha llevado a los expertos a investigar más a fondo las causas detrás de estos eventos, revelando que la calidad del esperma juega un papel crucial en la viabilidad del embarazo.
La mala calidad del esperma puede manifestarse a través de alteraciones en la concentración, morfología y motilidad de los espermatozoides. Según Gustavo Cruz Alarcón, especialista en Ginecología y Obstetricia, el daño en el ADN del esperma puede resultar en embriones con una menor capacidad de división celular, lo que aumenta el riesgo de abortos espontáneos, especialmente en el primer trimestre. Además, se ha observado que las alteraciones cromosómicas, como la trisomía 16, son una de las principales causas de aborto, seguidas por problemas de calidad embrionaria y factores endócrino-metabólicos.
Para evaluar la calidad del esperma, los especialistas utilizan diversas pruebas, como la espermatobioscopía, que mide aspectos como el volumen, la cantidad, la vitalidad, la morfología y la movilidad de los espermatozoides. También se realizan análisis de fragmentación del ADN espermático para determinar su potencial fecundante. Cruz Alarcón destaca que, aunque los espermatozoides defectuosos pueden parecer normales a simple vista, su capacidad para cumplir con su función genética puede estar comprometida, lo que resulta en una alta tasa de fragmentación embrionaria o en embriones que no sobreviven en los primeros días de desarrollo.
La calidad del esperma no solo se ve afectada por factores genéticos, sino también por el estilo de vida y la nutrición. Priscilla Soler, nutrióloga experta en hormonas, señala que una dieta pobre en antioxidantes, vitaminas y minerales esenciales puede contribuir a la mala calidad del esperma. El consumo excesivo de alimentos ultraprocesados, azúcares, grasas trans y alcohol puede generar inflamación y estrés oxidativo, dañando así las células espermáticas. Dado que el esperma se renueva cada 74 días, realizar cambios en la alimentación y el estilo de vida puede tener un impacto significativo en la calidad espermática en un periodo de dos a tres meses.
Para mejorar la calidad del esperma, se recomienda la ingesta de ciertos nutrientes esenciales. El zinc es fundamental para la producción de testosterona y la motilidad espermática, con una dosis diaria recomendada de 15-30 miligramos. El selenio, un potente antioxidante, protege el esperma del daño oxidativo, y se sugiere una ingesta de 100-200 microgramos al día. La coenzima Q10 también es beneficiosa, mejorando la motilidad espermática y la salud mitocondrial, con una dosis de 100 a 200 miligramos diarios. Además, los ácidos grasos Omega 3 (EPA/DHA) son recomendados para mejorar la morfología y la integridad del esperma, con una dosis de 1000-2000 miligramos diarios. Las vitaminas del complejo B, especialmente B9 (folato) y B12, son cruciales para mantener la integridad del ADN, mientras que las vitaminas C y E actúan como antioxidantes que reducen el daño por radicales libres.
Es esencial que los hombres también asuman la responsabilidad en el proceso de concepción y que se adopte un enfoque integral en la salud reproductiva. La disminución de la calidad espermática en los últimos años, atribuida a estilos de vida poco saludables, resalta la necesidad de que tanto hombres como mujeres busquen asesoría médica y realicen los estudios necesarios para corregir factores de riesgo. La colaboración entre especialistas médicos y organizaciones civiles es vital para abordar este problema de manera efectiva y reducir la tasa de abortos espontáneos en el país. Reconocer que la salud reproductiva es una responsabilidad compartida puede ser el primer paso hacia un futuro más saludable para las parejas que buscan concebir.