La economía de Estados Unidos, considerada la más grande del mundo, enfrenta un panorama de desaceleración en su crecimiento. Según las proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se anticipa que el crecimiento económico del país se reduzca a un 1.6% en 2025, en comparación con el 2.8% registrado el año anterior. Este cambio se atribuye en gran medida a las tensiones generadas por las guerras comerciales impulsadas por el expresidente Donald Trump, que han alterado el intercambio global y aumentado los costos para consumidores y empresas.
### Impacto de las Guerras Comerciales en la Economía
Las políticas comerciales implementadas durante la administración Trump han tenido un efecto significativo en la economía estadounidense. Desde su regreso a la Casa Blanca, las tasas arancelarias promedio han aumentado de 2.5% a 15.4%, marcando un récord desde 1938. Este incremento en los aranceles ha generado un aumento en los costos de producción para los fabricantes que dependen de materias primas y componentes importados. Como resultado, tanto los consumidores como las empresas se encuentran en una situación de incertidumbre, lo que ha llevado a una paralización en la inversión y el consumo.
La OCDE también ha señalado que el crecimiento económico mundial se desacelerará a un 2.9% en 2025, manteniendo esta cifra hasta 2026. Este pronóstico representa una disminución respecto al crecimiento global del 3.3% en el año anterior y del 3.4% en 2023. A pesar de los desafíos, la economía mundial ha mostrado una notable resiliencia, continuando su expansión frente a crisis como la pandemia de Covid-19 y la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Sin embargo, las tensiones comerciales han oscurecido las perspectivas económicas, afectando la confianza empresarial y del consumidor.
### La Respuesta de la OCDE y el Futuro de las Políticas Comerciales
El economista en jefe de la OCDE, Álvaro Pereira, ha comentado sobre el aumento de las barreras comerciales y la incertidumbre en las políticas económicas. Este clima de incertidumbre ha impactado negativamente en la confianza de los inversores y consumidores, lo que a su vez ha frenado el comercio y la inversión. Las políticas proteccionistas, que han revertido décadas de esfuerzos hacia un comercio más libre, han generado un ambiente complicado para las empresas que operan en un mercado global.
Recientemente, un tribunal federal en Nueva York bloqueó la mayoría de los aranceles impuestos por Trump, dictaminando que había excedido su autoridad al implementarlos. Sin embargo, una corte de apelaciones permitió que el gobierno continuara recaudando estos impuestos mientras se resuelven las apelaciones en los tribunales. Esta situación añade un nivel adicional de incertidumbre a las políticas comerciales, lo que podría influir en las decisiones económicas en los próximos años.
En este contexto, es fundamental que las empresas y los consumidores se preparen para un entorno económico cambiante. La adaptación a las nuevas realidades del comercio internacional y la búsqueda de alternativas en la cadena de suministro serán cruciales para mitigar los efectos de las políticas proteccionistas. Las empresas que logren diversificar sus fuentes de materias primas y componentes podrán enfrentar mejor los desafíos que se avecinan.
A medida que nos acercamos a 2026, las proyecciones de la OCDE sugieren que el crecimiento económico de Estados Unidos podría caer aún más, alcanzando solo un 1.5%. Este escenario plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del crecimiento a largo plazo y la capacidad del país para recuperarse de las tensiones comerciales y económicas actuales. Las decisiones que se tomen en los próximos meses serán determinantes para el futuro económico de Estados Unidos y su relación con el resto del mundo.