La situación económica en México ha estado marcada por un entorno inflacionario complicado que ha llevado al Banco de México (Banxico) a reconsiderar su enfoque en la política monetaria. Recientemente, el Grupo Financiero Ve por Más (Bx+) ha señalado que el banco central está «quitando el pie del freno» en su estrategia, lo que implica que ya no se pueden realizar recortes significativos en la tasa de interés como se había hecho anteriormente. Este cambio de dirección se produce en un contexto donde la inflación se aleja de la meta del 3% establecida por Banxico, lo que plantea serias preocupaciones sobre el futuro económico del país.
La inflación, aunque no tan elevada como en 2022, sigue siendo un problema persistente. Alejandro Saldaña, economista en jefe de Bx+, ha destacado que, a pesar de que el entorno inflacionario actual no es tan crítico como el del año anterior, sigue siendo preocupante. En lo que va de 2025, la inflación ha comenzado a repuntar, lo que se suma a las presiones derivadas del tipo de cambio y los costos laborales, sin un aumento correspondiente en la productividad. Esta situación genera un problema estructural que podría complicar aún más la estabilidad económica del país.
### La Estrategia de Banxico y sus Implicaciones
Banxico ha estado realizando recortes en su tasa de referencia, pero el margen para continuar con esta política se está reduciendo. La última reducción de 50 puntos básicos, que llevó la tasa de interés del 9% al 8.50%, ha sido una medida significativa, pero Saldaña advierte que este tipo de ajustes ya no serán suficientes para estimular el crecimiento económico. La política monetaria, en este sentido, se ha vuelto más restrictiva, lo que podría tener efectos adversos en la inversión y el consumo privado.
El economista de Bx+ enfatiza que, independientemente de si las tasas de interés se reducen en la próxima reunión de junio, la postura de Banxico seguirá siendo restrictiva. Esto se debe a la necesidad de garantizar que la inflación general se mantenga bajo control y que se cumplan los objetivos establecidos por la autoridad monetaria. La incertidumbre en el panorama económico, tanto a nivel interno como externo, hace que la prudencia sea esencial en la toma de decisiones.
Además, el compromiso del gobierno federal de reducir el déficit fiscal en 2025 en casi dos puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) añade otra capa de complejidad a la situación. La falta de un remanente significativo del Banco de México para el presupuesto federal, junto con los recortes en el gasto programable, limita aún más las opciones del gobierno para estimular la economía.
### Perspectivas Económicas para 2025
El Grupo Financiero Ve por Más ha proyectado que la economía mexicana crecerá solo un 0.5% en 2025, con una inflación esperada del 3.80%. Esta situación se ve agravada por la incertidumbre global, que podría afectar las exportaciones y la inversión extranjera. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, Saldaña menciona que México tiene fortalezas estructurales que podrían permitirle salir adelante en el ámbito comercial, especialmente en comparación con China.
El panorama laboral también presenta matices interesantes. Aunque la economía se está enfriando, la tasa de desempleo se mantiene baja y hay un aumento en los salarios, lo que podría estabilizar el consumo privado. Sin embargo, el incremento de los costos laborales, en contraste con un aumento de solo el 1% en la productividad, podría generar más presiones inflacionarias en el futuro.
Para 2026, las proyecciones de Bx+ sugieren un crecimiento del PIB del 1.7%, con precios al consumidor estancados en el 3.80% y una tasa de política monetaria de 7.75%. Estas cifras reflejan un entorno económico que, aunque presenta oportunidades, también está lleno de desafíos que requieren atención y acción por parte de las autoridades económicas.
En resumen, la política monetaria de Banxico se enfrenta a un dilema significativo: la necesidad de controlar la inflación mientras se busca estimular el crecimiento económico. La situación actual exige un enfoque equilibrado que considere tanto las presiones internas como externas, y que permita a México navegar por un camino incierto hacia el futuro.