El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) se encuentra en medio de una controversia electoral, ya que su actual líder, Martín Esparza, busca la reelección por un periodo que lo llevaría a acumular 25 años en el cargo. Esta situación ha generado un ambiente de tensión y acusaciones de irregularidades en el proceso electoral, lo que ha llevado a varios miembros del sindicato a cuestionar la transparencia y la equidad de la contienda.
**El proceso electoral y las acusaciones de manipulación**
La reelección de Esparza ha sido objeto de críticas debido a las maniobras que, según denuncias de otros candidatos, han sido utilizadas para dejar fuera a competidores potenciales. Emilia Peña, quien aspiraba a la secretaría general por la planilla Dignidad y Democracia, intentó registrar su candidatura, pero se encontró con obstáculos significativos. Agremiados afines a Esparza le impidieron el acceso a la sede del sindicato, argumentando que no contaba con la credencial vigente del SME.
Peña, quien trabajó durante 14 años en la extinta Luz y Fuerza del Centro (LyFC), denunció que durante la campaña de credencialización, que tuvo lugar entre enero y abril, le negaron la actualización de su credencial debido a un proceso abierto en la Comisión de Justicia del sindicato. Esta situación ha suscitado preocupaciones sobre la equidad del proceso electoral, ya que la Comisión Electoral 2025-2030 ha afirmado que la credencial es un requisito indispensable para presentar una planilla.
Sin embargo, los estatutos del SME, en su artículo 10, no especifican que la credencial sea un requisito para ser miembro representante. Esto ha llevado a un debate sobre la interpretación de las normas y la legitimidad del proceso electoral. Alberto González Bárcenas, integrante de la Comisión Electoral, explicó que la campaña de credencialización se realizó en las 12 divisiones del SME, y de un padrón de 15,028 electricistas, solo 12,464 renovaron su credencial, lo que limita la participación en la elección programada entre el 16 y 27 de junio.
**Reacciones y alternativas ante el proceso electoral**
La situación ha generado un descontento significativo entre algunos miembros del SME, quienes consideran que el proceso electoral está amañado. Juana Francisco Franco, otra ex trabajadora con 18 años de antigüedad en LyFC, decidió no participar en la contienda debido al “blindaje total” que, según ella, ha implementado Esparza para asegurar su reelección. Este clima de desconfianza ha llevado a la formación de un grupo disidente, el Frente Amplio de Unidad, que ha anunciado su intención de presentar una planilla alterna al proceso electoral oficial.
El grupo disidente argumenta que la elección está diseñada para favorecer a Esparza y que las condiciones actuales no permiten una competencia justa. La falta de transparencia en el proceso de credencialización y las restricciones impuestas a los candidatos han sido puntos críticos en sus denuncias. La situación se complica aún más con la proximidad de la fecha de las elecciones, lo que deja poco tiempo para que se realicen cambios significativos en el proceso.
La reelección de Martín Esparza no solo es un tema de interés para los miembros del SME, sino que también refleja un problema más amplio en el ámbito sindical en México, donde la falta de democracia interna y la manipulación de procesos electorales son preocupaciones recurrentes. La situación actual del SME podría ser un indicador de la necesidad de reformas más amplias en la regulación de los sindicatos y sus procesos internos.
A medida que se acerca la fecha de las elecciones, la presión sobre Esparza y su administración aumenta. Las acusaciones de manipulación y la falta de participación de otros candidatos podrían tener repercusiones significativas en la legitimidad de su reelección. La comunidad eléctrica y los agremiados del SME están atentos a cómo se desarrollará este proceso y qué decisiones se tomarán en los próximos días, ya que el futuro del sindicato y su liderazgo están en juego.