El pasado 9 de mayo, Rusia conmemoró el 80 aniversario de la victoria sobre el régimen nazi en la Segunda Guerra Mundial con un evento militar en la emblemática Plaza Roja de Moscú. Este año, la celebración adquirió un matiz especial, ya que el presidente ruso, Vladimir Putin, estuvo acompañado por el líder chino, Xi Jinping, en un acto que buscó demostrar la fortaleza de las alianzas internacionales de Rusia frente a las tensiones con Occidente. La parada militar, que incluyó la exhibición de 130 vehículos de guerra, fue un espectáculo que combinó nostalgia histórica con un mensaje claro de poderío militar y unidad entre aliados.
La ceremonia comenzó con un discurso de Putin, quien reafirmó el compromiso de Rusia en la lucha contra el nazismo, un tema recurrente en su retórica, especialmente en el contexto del conflicto en Ucrania. En su intervención, Putin enfatizó que Rusia se erige como una barrera contra la rusofobia y el antisemitismo, y prometió continuar defendiendo los valores tradicionales y la historia del país. Este discurso resonó en un ambiente donde la presencia de líderes de naciones aliadas, como China y varios países latinoamericanos, subrayó la intención de Rusia de mostrar que no está aislada en el escenario internacional.
### Un Desfile de Poder Militar
El desfile militar fue uno de los momentos culminantes de la celebración, donde se exhibieron tanques legendarios como el T-34 y piezas de artillería que jugaron un papel crucial en la victoria sobre el nazismo. Entre los vehículos más destacados se encontraban los misiles balísticos intercontinentales Yars, capaces de alcanzar objetivos a 12,000 kilómetros de distancia, así como los modernos drones que han sido utilizados en el conflicto actual en Ucrania. La inclusión de estos elementos en el desfile no solo fue una demostración de fuerza, sino también un mensaje claro sobre la capacidad militar de Rusia en tiempos de conflicto.
La presencia de Xi Jinping en el evento no fue casual. Su participación simboliza la creciente alianza entre Rusia y China, dos potencias que han encontrado un terreno común en su oposición a las políticas occidentales. Durante el desfile, Putin y Xi intercambiaron comentarios sobre las unidades militares, lo que refleja una relación cercana y estratégica entre ambos líderes. La participación de tropas de trece países, incluida una guardia de honor del Ejército Popular de Liberación de China, también subrayó la importancia de las alianzas militares en el contexto actual.
### La Retórica de la Lucha Contra el Nazismo
Putin utilizó la conmemoración para reiterar su narrativa sobre la lucha contra el nazismo, un tema que ha sido central en su discurso desde el inicio del conflicto en Ucrania. Afirmó que la verdad y la justicia están del lado de Rusia en esta lucha, acusando al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de promover ideas que, según él, son una rehabilitación del nazismo. Esta retórica ha sido criticada por muchos analistas, quienes argumentan que Putin utiliza la historia de la Segunda Guerra Mundial para justificar sus acciones en Ucrania y consolidar su poder interno.
El presidente ruso también hizo un llamado a recordar el sacrificio de los millones de soviéticos que perdieron la vida durante la guerra, destacando que la memoria de esos eventos debe servir como un recordatorio de la importancia de defender la soberanía y los valores nacionales. En este sentido, Putin se presentó como el guardián de la historia y la cultura rusa, un papel que ha cultivado a lo largo de su mandato.
La celebración del 80 aniversario de la victoria sobre el nazismo se convirtió en un escenario para que Putin reafirmara su liderazgo y su visión de un mundo multipolar, donde Rusia y sus aliados juegan un papel central. La combinación de poder militar, retórica histórica y alianzas estratégicas sugiere que, a pesar de las sanciones y la presión internacional, Rusia busca consolidar su posición en el ámbito global, utilizando la memoria de la guerra como un instrumento de legitimación.
En resumen, la conmemoración del 80 aniversario de la victoria sobre el nazismo no solo fue un homenaje a los caídos, sino también una plataforma para que Rusia reafirmara su lugar en el mundo actual. Con la presencia de Xi Jinping y otros líderes internacionales, el evento se convirtió en un símbolo de unidad y resistencia frente a las adversidades, mientras que la exhibición de poder militar envió un mensaje claro a Occidente sobre la determinación de Rusia de defender sus intereses y su historia.