La situación alimentaria en África occidental y central se ha vuelto alarmante, con más de 52 millones de personas en riesgo de hambre entre junio y agosto de 2025, según un reciente informe del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU. Este incremento en la inseguridad alimentaria es resultado de una combinación de factores, incluyendo conflictos armados, desplazamientos forzados, crisis económicas y fenómenos meteorológicos extremos que han afectado gravemente la capacidad de las familias para alimentarse adecuadamente.
**Factores que Contribuyen a la Inseguridad Alimentaria**
El conflicto persistente en la región ha llevado a que más de 10 millones de personas se encuentren en situaciones vulnerables. Entre ellos, se cuentan 2,4 millones de refugiados y solicitantes de asilo en países como Chad, Camerún, Mauritania y Níger. Además, casi ocho millones de personas han sido desplazadas internamente, especialmente en Nigeria y Camerún, lo que agrava aún más la crisis alimentaria.
La inflación alimentaria también ha sido un factor determinante en este escenario. El aumento de los precios de los alimentos y del combustible ha hecho que los productos básicos sean inaccesibles para las poblaciones más vulnerables. Países como Ghana, Guinea-Conakri y Costa de Marfil están experimentando niveles de hambre sin precedentes, lo que pone en riesgo la salud y el bienestar de millones de personas.
El PMA ha señalado que, actualmente, más de 36 millones de personas en la región ya enfrentan dificultades para satisfacer sus necesidades básicas de alimentación y nutrición. Sin embargo, se prevé que esta cifra supere los 52 millones durante el período crítico de carestía que se avecina. La situación es especialmente grave en el Sahel central y la cuenca del lago Chad, donde los fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones y sequías, han afectado a más de seis millones de personas en 2024.
**La Necesidad de Recursos y Soluciones Sostenibles**
El PMA ha hecho un llamado urgente a la comunidad internacional para que se destinen recursos financieros a la crisis alimentaria en África. Se estima que se necesitan 710 millones de dólares (aproximadamente 630 millones de euros) para continuar brindando asistencia vital a las personas más vulnerables de la región durante los próximos seis meses, desde mayo hasta octubre de 2025. Sin esta financiación, el PMA se verá obligado a reducir el número de personas a las que puede atender y la cantidad de raciones de alimentos que se distribuyen, lo que podría tener consecuencias devastadoras para millones de personas.
Además de la asistencia alimentaria de emergencia, el PMA ha instado a los gobiernos y a los socios internacionales a invertir en soluciones sostenibles que fomenten la resiliencia de las comunidades afectadas. Esto incluye la implementación de programas que ayuden a las familias a diversificar sus fuentes de ingresos y a mejorar la producción agrícola, así como el fortalecimiento de los sistemas de salud y nutrición.
La situación actual en África occidental y central es un recordatorio de la fragilidad de la seguridad alimentaria en el mundo y de la necesidad de una respuesta coordinada y efectiva para abordar las causas subyacentes de la crisis. La combinación de conflictos, desplazamientos, crisis económicas y fenómenos climáticos extremos exige una acción inmediata y sostenida para evitar que millones de personas caigan en la trampa del hambre y la pobreza extrema. La comunidad internacional debe actuar con urgencia para garantizar que se tomen medidas efectivas y se asignen los recursos necesarios para enfrentar esta crisis humanitaria sin precedentes.