El aeropuerto internacional de Domodédovo, uno de los más importantes de Moscú, se vio obligado a suspender sus operaciones el pasado miércoles debido a una serie de ataques de drones ucranianos. Esta situación ha generado caos y descontento entre los pasajeros, quienes se encontraron varados en las terminales mientras las autoridades intentaban gestionar la crisis. La interrupción de vuelos comenzó a las 19:15 hora local, según comunicó Rosaviatsia, la agencia aeronáutica rusa. El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, confirmó que al menos cuatro drones fueron derribados en las cercanías de la capital, lo que llevó a la implementación de restricciones temporales en el espacio aéreo.
Los ataques de drones ucranianos no son un fenómeno nuevo, pero la magnitud y la audacia de estos ataques han aumentado en las últimas semanas. En la noche anterior a la interrupción en Domodédovo, se reportó que las defensas antiaéreas rusas habían derribado un total de nueve drones que se dirigían hacia Moscú. Este tipo de ataques ha llevado a una creciente preocupación sobre la seguridad en la capital rusa, especialmente en áreas estratégicas como los aeropuertos.
La situación se complicó aún más cuando se supo que el lunes por la noche, Ucrania había lanzado un ataque masivo que afectó a 13 ciudades rusas, incluyendo la propia Moscú. Los drones utilizados en estos ataques, conocidos como «Lyuty», volaban en enjambres, lo que dificultó su interceptación. A pesar de los esfuerzos de las fuerzas rusas, algunos de estos drones lograron llegar a su objetivo, lo que provocó la respuesta inmediata de las autoridades.
La respuesta de las aerolíneas no se hizo esperar. La compañía Pobeda, una de las principales aerolíneas de bajo costo en Rusia, anunció la cancelación de varios vuelos programados para los días 6 y 7 de mayo debido a las restricciones aéreas impuestas. Esto dejó a cientos de pasajeros en una situación incómoda, atrapados en un aeropuerto que se convirtió en un escenario de caos y desorganización. Las imágenes de personas sentadas y acostadas en las salas de espera comenzaron a circular en las redes sociales, reflejando la frustración de quienes esperaban poder continuar con sus viajes.
A pesar de la crisis, algunos pasajeros encontraron formas de sobrellevar la situación. Un grupo de músicos de la Orquesta de Metales del Kremlin decidió ofrecer un improvisado concierto en la terminal, levantando el ánimo de los varados. Este tipo de iniciativas resalta la capacidad humana de adaptarse a las circunstancias adversas, aunque la situación en general sigue siendo alarmante.
La interrupción de vuelos no solo afectó a los pasajeros comunes, sino que también tuvo repercusiones en figuras importantes. El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, se vio obligado a hacer una parada temporal en Bakú antes de poder continuar su viaje hacia Moscú. Este tipo de incidentes subraya la magnitud de la crisis y su impacto en la diplomacia internacional.
La situación en los aeropuertos de Moscú ha llevado a las autoridades a tomar medidas adicionales para garantizar la seguridad de los pasajeros. Los aeropuertos de Sheremétievo, Vnúkovo, Domodédovo y Zhukovski han trabajado para resolver los problemas de los pasajeros atascados, pero la experiencia de los últimos días ha dejado una marca en la percepción pública sobre la seguridad en el transporte aéreo en Rusia. La incertidumbre sobre futuros ataques y la capacidad de las autoridades para proteger a los ciudadanos y visitantes se ha convertido en un tema de preocupación constante.
El uso de drones en conflictos bélicos ha cambiado la dinámica de la guerra moderna. Estos dispositivos permiten realizar ataques precisos y a menudo sorpresivos, lo que complica la defensa de las ciudades y las infraestructuras críticas. A medida que la guerra entre Rusia y Ucrania continúa, es probable que veamos un aumento en la utilización de esta tecnología, lo que plantea nuevos desafíos para la seguridad nacional y la protección de los civiles.
La comunidad internacional observa con atención estos desarrollos, ya que el conflicto en Ucrania tiene implicaciones que trascienden las fronteras de ambos países. La escalada de violencia y los ataques a infraestructuras civiles como aeropuertos son preocupaciones que podrían llevar a un aumento de las tensiones en la región y más allá. La respuesta de las potencias mundiales y la comunidad internacional será crucial para determinar el rumbo de este conflicto y sus repercusiones a largo plazo.