La noche del 3 de mayo de 2025, un concierto de la icónica banda mexicana El Gran Silencio en Manzanillo se tornó en un escenario de caos y controversia cuando varios asistentes fueron agredidos por la policía municipal con gas pimienta. Este incidente ha generado una ola de indignación entre los fans y ha puesto en tela de juicio la actuación de las autoridades locales durante eventos públicos.
Los hechos ocurrieron en el marco de la feria local, donde miles de personas se congregaron para disfrutar de la música y el ambiente festivo. Sin embargo, la situación se tornó violenta cuando, según varios videos que circulan en redes sociales, al menos dos policías comenzaron a lanzar gas pimienta hacia la multitud. Entre los asistentes se encontraban niños y familias que solo buscaban disfrutar de la música.
La Dirección de Seguridad Pública del municipio ha declarado que se está investigando a un solo elemento por su “proceder presumiblemente errático”, lo que ha sido recibido con escepticismo por parte de los afectados y la comunidad. La regidora emecista, Martha del Toro, ha señalado que el incidente no fue un error aislado, sino el resultado de una serie de malas decisiones por parte de los funcionarios presentes. Del Toro responsabilizó directamente a Fernando Escalona Herrera, director de Asesoría Municipal y cercano a la alcaldesa Rosi Ballardo, sugiriendo que la falta de preparación y criterio en la gestión de eventos públicos es un problema recurrente.
El vocalista de El Gran Silencio, Tony Hernández, también se pronunció sobre el incidente, criticando la actuación de los policías y describiéndola como un acto de ignorancia. En sus declaraciones, Hernández enfatizó que la presencia de niños en el evento debería haber sido un factor que los agentes consideraran antes de usar gas pimienta. “Había niños, chingao, y solo estaban bailando. Y lo peor, a mí y a varios integrantes del Gran nos cayó todo el gas pimienta”, expresó el cantante, reflejando la frustración de muchos que se sintieron inseguros durante el evento.
El concierto fue suspendido temporalmente tras el incidente, pero posteriormente se reanudó, lo que ha generado críticas sobre la gestión de la seguridad en eventos masivos. La administración municipal ha afirmado que se brindó atención a todos los afectados y que, afortunadamente, ninguno resultó con lesiones de gravedad. Sin embargo, la percepción de inseguridad y la falta de confianza en las autoridades locales han aumentado entre los ciudadanos.
La situación ha reavivado el debate sobre el uso de la fuerza por parte de las autoridades en eventos públicos y la necesidad de protocolos más claros para garantizar la seguridad de los asistentes. La comunidad ha comenzado a exigir respuestas y cambios en la manera en que se manejan estos eventos, así como una mayor capacitación para los cuerpos de seguridad que están a cargo de la protección de los ciudadanos.
A medida que los videos del incidente continúan circulando en las redes sociales, la presión sobre el ayuntamiento de Manzanillo para tomar medidas correctivas se intensifica. Los ciudadanos están pidiendo no solo justicia para los afectados, sino también un compromiso real por parte de las autoridades para prevenir que situaciones similares se repitan en el futuro. La falta de responsabilidad y la cultura de impunidad en la que a menudo operan las fuerzas de seguridad son temas que deben ser abordados de manera urgente.
Este incidente no solo afecta la reputación de la administración local, sino que también plantea preguntas sobre la seguridad en eventos masivos en todo el país. La necesidad de un enfoque más humano y menos agresivo por parte de las fuerzas del orden es evidente, y la comunidad espera que este evento sirva como un llamado a la acción para mejorar las condiciones de seguridad en el futuro. La música, que debería ser un espacio de celebración y alegría, no puede convertirse en un campo de batalla entre ciudadanos y autoridades. La responsabilidad recae en todos, desde los organizadores de eventos hasta los cuerpos de seguridad, para garantizar que la cultura y el entretenimiento puedan florecer en un ambiente seguro y respetuoso.