La deuda pública en México ha experimentado un notable incremento en los primeros seis meses de la administración de Claudia Sheinbaum Pardo, alcanzando un total de 18.8 billones de pesos al cierre de marzo de 2025. Este aumento de 1.1 billones de pesos desde el cierre del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, donde la deuda se situaba en 17.7 billones, plantea serias preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal del país y las implicaciones para las generaciones futuras.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha reportado que el 74% de la deuda total, es decir, 14 billones de pesos, corresponde a deuda interna, lo que significa que estos compromisos de pago están denominados en pesos mexicanos. El resto de la deuda está en monedas extranjeras, principalmente dólares. Este contexto resalta la importancia de la gestión de la deuda pública, ya que un aumento en la misma puede traducirse en mayores impuestos para los ciudadanos en el futuro.
### Impacto en el Producto Interno Bruto
Al asumir el cargo, la Presidenta Sheinbaum se encontró con una deuda bruta que representaba el 52.3% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Para marzo de 2025, esta cifra se incrementó ligeramente al 52.5%. La relación entre la deuda y el PIB es crucial, ya que un PIB más alto implica una mayor capacidad del país para manejar sus pasivos. Sin embargo, el aumento de la deuda en relación con el PIB también puede ser un indicativo de problemas económicos subyacentes.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha proyectado que durante este sexenio, México avanzará del puesto 85 al 62 en el ranking que mide la deuda bruta gubernamental en relación con el PIB, superando a países como Argentina y Colombia. A pesar de estas proyecciones, la Presidenta ha desestimado las advertencias del FMI, argumentando que la Cuarta Transformación traerá consigo un cambio radical en la gestión de los recursos públicos, eliminando la corrupción y los privilegios.
### Desigualdad Intergeneracional y Futuras Reformas
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) ha emitido alertas sobre las implicaciones de este aumento de la deuda para las generaciones futuras. Según sus análisis, si no se implementan cambios significativos en las políticas públicas, los mexicanos de mañana podrían enfrentar un escenario de mayores impuestos y menor gasto público. Esto se traduce en una desigualdad intergeneracional, donde los trabajadores actuales están asumiendo la carga de deudas y pensiones generadas por las generaciones pasadas, sin que se realicen inversiones adecuadas para su propio futuro.
Las proyecciones indican que si se distribuyera la deuda pública acumulada hasta el año pasado entre todos los habitantes del país, cada mexicano tendría que pagar aproximadamente 150 mil pesos. Esta cifra podría aumentar a 209 mil pesos para el año 2030, lo que representa una carga significativa para la población. El economista en jefe para Rankia Latinoamérica, Humberto Calzada, ha señalado que es probable que se necesite una reforma fiscal para equilibrar las cuentas públicas y subsanar los ingresos del gobierno. La deuda pública, advierte, podría significar más impuestos y menos gasto para las futuras generaciones de mexicanos.
La situación actual de la deuda pública en México es un tema que requiere atención y acción inmediata. La gestión adecuada de la deuda y la implementación de políticas fiscales responsables son esenciales para garantizar un futuro económico sostenible y equitativo para todos los ciudadanos. La administración de Claudia Sheinbaum enfrenta el reto de equilibrar el crecimiento económico con la responsabilidad fiscal, asegurando que las decisiones tomadas hoy no comprometan el bienestar de las generaciones venideras.