La reciente ruptura de relaciones diplomáticas entre México y Perú ha generado un gran revuelo en el ámbito internacional. Este conflicto se origina en el asilo otorgado a la ex primera ministra peruana Betssy Chávez, quien se encuentra en medio de un proceso judicial por su supuesta participación en un intento de golpe de Estado en diciembre de 2022. La situación ha llevado a la encargada de la Embajada de México en Perú, Karla Ornelas, a abandonar el país, cumpliendo con una orden del gobierno peruano. Este artículo examina las causas y consecuencias de esta crisis diplomática, así como el contexto político que la rodea.
La ruptura de relaciones diplomáticas se formalizó el 3 de noviembre de 2025, cuando el presidente de transición de Perú, José Jerí, anunció un «plazo perentorio» para que la encargada de negocios de México abandonara el país. Esta decisión fue respaldada por el ministro de Relaciones Exteriores, Hugo De Zela, quien calificó el asilo a Chávez como un «acto inamistoso». La tensión entre ambos países se ha intensificado debido a las declaraciones de los presidentes mexicanos, Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum, quienes han expresado su apoyo a Castillo y han criticado la situación política en Perú.
### Contexto Político y Judicial en Perú
Para entender la magnitud de la crisis, es esencial analizar el contexto político en Perú. La ex primera ministra Betssy Chávez, junto con el expresidente Pedro Castillo, enfrenta acusaciones graves que incluyen rebelión y conspiración. Estos cargos están relacionados con el intento de golpe de Estado que Castillo llevó a cabo el 7 de diciembre de 2022, cuando intentó disolver el Congreso y llamar a elecciones anticipadas. La respuesta del Congreso fue inmediata, destituyendo a Castillo y asumiendo Dina Boluarte la presidencia del país.
Desde entonces, la política peruana ha estado marcada por la inestabilidad y la polarización. La administración de Boluarte ha enfrentado numerosas protestas y críticas, tanto a nivel nacional como internacional. En este contexto, el asilo otorgado a Chávez ha sido visto por el gobierno peruano como una intromisión en sus asuntos internos, lo que ha llevado a la ruptura de relaciones con México.
Además, el Congreso peruano ha tomado medidas drásticas, como declarar persona non grata a Claudia Sheinbaum, lo que refleja el nivel de tensión existente. Esta decisión ha sido rechazada por el gobierno mexicano, que considera que se basa en «planteamientos falsos». La situación se complica aún más con la propuesta del gobierno peruano de modificar la Convención de Caracas de 1954, que regula el derecho al asilo, argumentando que se ha tergiversado para calificar delitos comunes como persecución política.
### Repercusiones Internacionales y Relaciones Bilaterales
La ruptura de relaciones diplomáticas entre México y Perú no solo afecta a ambos países, sino que también tiene repercusiones en el ámbito internacional. La Organización de Estados Americanos (OEA) se convierte en un escenario clave para la discusión de este conflicto, ya que Perú ha planteado la necesidad de revisar los mecanismos de asilo en la región. Este tipo de situaciones puede sentar un precedente peligroso para la política de asilo en América Latina, donde muchos países enfrentan crisis políticas y sociales.
Las relaciones bilaterales entre México y Perú han sido históricamente complejas, pero esta crisis marca un punto de inflexión. La salida de Karla Ornelas del país es un símbolo de la ruptura, y el futuro de las relaciones consulares entre ambos países queda en entredicho. A pesar de que el canciller peruano ha aclarado que la ruptura no implica la finalización de las relaciones consulares, la realidad es que la confianza entre ambos gobiernos se ha visto gravemente afectada.
La situación también ha generado reacciones en otros países de la región. España, por ejemplo, ha expresado su interés en la normalización de las relaciones entre México y Perú, lo que indica que otros actores internacionales están observando de cerca esta crisis. La comunidad internacional podría desempeñar un papel mediador, aunque la voluntad de ambos países para resolver sus diferencias será fundamental.
En resumen, la crisis diplomática entre México y Perú es un reflejo de la inestabilidad política en la región y de las complejas relaciones internacionales que se desarrollan en el contexto actual. La situación de Betssy Chávez y las decisiones de los gobiernos de ambos países seguirán siendo un tema de debate y análisis en los próximos meses, mientras el mundo observa cómo se desarrollan los acontecimientos.
