En México, el debate sobre la eutanasia y el suicidio asistido ha cobrado fuerza en los últimos años, especialmente entre aquellos que enfrentan enfermedades terminales. La falta de una legislación clara y compasiva ha llevado a muchos a optar por el suicidio en la clandestinidad, buscando una muerte digna y sin dolor. Este fenómeno ha sido documentado por activistas y profesionales de la salud, quienes destacan la necesidad urgente de un marco legal que permita a los pacientes tomar decisiones sobre su propio final de vida.
La situación actual en el país es alarmante. Según datos de la Comisión Lancet sobre el Acceso Global a Cuidados Paliativos y Alivio del Dolor, el número de personas que viven o mueren con sufrimiento extremo ha aumentado drásticamente. Entre 1990 y 2021, esta cifra se duplicó, reflejando una de las tasas más altas de sufrimiento en el mundo. La falta de acceso a cuidados paliativos adecuados y a medicamentos como la morfina ha dejado a la mayoría de los enfermos terminales sin opciones efectivas para aliviar su dolor.
### La Realidad del Sufrimiento Terminal
La experiencia de los pacientes terminales en México es desgarradora. Muchos de ellos se ven obligados a recurrir a métodos extremos para poner fin a su sufrimiento, como sobredosis de medicamentos o la decisión de dejar de alimentarse. Un testimonio impactante es el de un maestro jubilado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), quien, incapaz de comunicarse, dejó un mensaje escrito a su hija pidiendo ayuda para morir. Este tipo de situaciones no son aisladas; son el reflejo de un sistema que no ofrece alternativas viables para aquellos que enfrentan un sufrimiento insoportable.
La enfermera de cuidados paliativos mencionada anteriormente relata cómo ha acompañado a pacientes que, ante la falta de opciones, deciden poner fin a su vida en secreto. La criminalización de estas acciones, en lugar de ofrecer apoyo y compasión, ha llevado a un aumento en el sufrimiento y la desesperación. La realidad es que, en un país donde el acceso a cuidados paliativos es limitado, morir sin dolor se ha convertido en un privilegio reservado para unos pocos.
La situación se complica aún más por la falta de infraestructura adecuada en los hospitales. De más de mil 300 hospitales públicos en México, solo uno de cada cuatro cuenta con un programa formal de cuidados paliativos. Esto significa que muchos pacientes terminales no reciben la atención que necesitan, lo que agrava su sufrimiento y limita sus opciones.
### La Propuesta de la Ley Trasciende
En respuesta a esta crisis, se ha presentado la Ley Trasciende, una iniciativa ciudadana que busca despenalizar la eutanasia y el suicidio asistido en México. Esta propuesta, respaldada por más de 128 mil firmas, tiene como objetivo modificar la Ley General de Salud para permitir que los pacientes terminales puedan optar por una muerte digna y sin dolor, bajo criterios médicos y éticos.
La activista Samara Martínez, impulsora de esta iniciativa, ha enfatizado que no se trata de promover la muerte, sino de humanizarla. La Ley Trasciende busca garantizar que ningún mexicano tenga que morir sufriendo, con miedo y en condiciones indignas. La propuesta se basa en el reconocimiento del derecho de las personas a decidir sobre su propio sufrimiento y a poner fin a su vida de manera digna.
Sin embargo, la actual Ley General de Salud establece un marco legal restrictivo que prohíbe explícitamente la eutanasia y el suicidio asistido. El artículo 166 Bis 21 de la ley define la eutanasia como homicidio por piedad, lo que implica sanciones penales para quienes intenten ayudar a un paciente a morir. Esta prohibición ha llevado a un vacío legal que deja a los pacientes sin opciones y a los médicos sin la capacidad de actuar en el mejor interés de sus pacientes.
La propuesta de la Ley Trasciende se presenta como una solución a esta problemática, ofreciendo un marco legal que permita a los médicos y pacientes trabajar juntos para tomar decisiones informadas sobre el final de la vida. La ley también contempla la creación de comités de bioética que evalúen cada caso, asegurando que se sigan criterios éticos y médicos en la toma de decisiones.
En el contexto internacional, muchos países han avanzado en la regulación de la eutanasia y el suicidio asistido, ofreciendo modelos que México podría seguir. Países como España, Canadá y Bélgica han implementado leyes que permiten a los pacientes solicitar la eutanasia en casos de sufrimiento intolerable, siempre bajo la supervisión de comités médicos y con el consentimiento informado del paciente. Estos ejemplos demuestran que es posible legislar de manera compasiva y ética, priorizando la dignidad y el bienestar de los pacientes.
La Ley Trasciende representa una oportunidad para que México avance hacia un sistema de salud más humano y compasivo, donde los pacientes tengan el derecho de decidir sobre su propio sufrimiento. La falta de acción en este tema no solo perpetúa el sufrimiento de miles de personas, sino que también refleja una deuda moral y política que el país debe abordar con urgencia. La lucha por la eutanasia en México es, en última instancia, una lucha por la dignidad y el respeto hacia aquellos que enfrentan el final de su vida.
