La política industrial de México se encuentra en un punto crucial, donde la apertura comercial y la atracción de inversión se presentan como pilares fundamentales para incrementar la competitividad del país en el ámbito internacional. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), es esencial que México adopte un enfoque que no solo contemple la reducción de aranceles, sino que también fomente el desarrollo de infraestructura y capital humano.
**El Contexto de la Apertura Comercial**
En los últimos años, el proteccionismo comercial ha ganado terreno a nivel global, siendo Estados Unidos uno de sus principales promotores. En este contexto, México ha comenzado a implementar medidas que buscan elevar los aranceles a productos de países con los que no tiene tratados comerciales, con el objetivo de reducir su déficit comercial, especialmente con China. Esta iniciativa, que podría elevar los aranceles hasta un 50%, ha generado preocupación por sus posibles efectos inflacionarios en la economía mexicana, ya que encarecería los insumos importados.
El IMCO ha señalado que, en lugar de adoptar medidas restrictivas, México debería centrarse en mantener una política de apertura que combine el desarrollo de infraestructura logística y energética, así como la capacitación de talento y la creación de incentivos productivos. La idea es que el incremento del valor agregado en la producción mexicana sea el resultado de una mayor competitividad, y no de barreras al comercio.
**Tratados Comerciales y Oportunidades Internacionales**
México cuenta con una de las redes comerciales más amplias del mundo, con 14 tratados de libre comercio que abarcan a 52 países y 30 acuerdos bilaterales de protección recíproca de inversiones. Esta red incluye convenios regionales como el ACE con Mercosur y Argentina, lo que ha permitido fortalecer las relaciones comerciales con Europa y Asia en los últimos años. En 2024, la Unión Europea se convirtió en el tercer socio comercial de México, lo que subraya la importancia de diversificar los mercados de exportación.
Además, el país es parte del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT), que agrupa a 11 economías de Asia-Pacífico. Las importaciones mexicanas bajo este tratado alcanzaron los 57 mil millones de dólares en 2024, lo que demuestra el potencial de México para aprovechar su ubicación geográfica y sus acuerdos comerciales para convertirse en un destino atractivo para la inversión extranjera.
El IMCO ha propuesto varias medidas para mejorar el aprovechamiento de estas condiciones comerciales. Entre ellas, se destaca la necesidad de enfocar la política industrial en la expansión de México como potencia exportadora, alineando las disposiciones del Plan México con los capítulos relevantes del T-MEC y del Acuerdo Global con la Unión Europea. También se sugiere concluir las negociaciones de tratados y acuerdos internacionales para una mayor expansión comercial y actualizar el marco regulatorio en sectores sensibles a controversias internacionales.
La implementación de estas estrategias no solo beneficiaría a las empresas mexicanas, sino que también podría atraer a inversores extranjeros que buscan un entorno comercial estable y competitivo. La clave está en crear un ecosistema que favorezca la innovación y el crecimiento, en lugar de restringir el comercio y limitar las oportunidades de desarrollo.
**Desafíos y Perspectivas Futuras**
A pesar de las oportunidades que presenta la apertura comercial, México enfrenta varios desafíos. La implementación de políticas que fomenten la competitividad requiere un compromiso sólido por parte del gobierno y el sector privado. Es fundamental que se establezcan mecanismos de colaboración que permitan a las empresas adaptarse a un entorno global en constante cambio.
Además, la capacitación del talento humano es un aspecto crítico. La educación y la formación deben alinearse con las necesidades del mercado laboral, especialmente en sectores estratégicos como la tecnología y la manufactura avanzada. Solo así se podrá garantizar que la fuerza laboral mexicana esté preparada para competir en un mundo cada vez más globalizado.
Por otro lado, la infraestructura logística y energética también necesita ser modernizada y ampliada. Inversiones en transporte, puertos y energía renovable son esenciales para mejorar la competitividad de México y facilitar el comercio internacional. La colaboración entre el gobierno y el sector privado será clave para llevar a cabo estos proyectos.
En resumen, la política industrial de México debe centrarse en la apertura comercial y la atracción de inversión, combinando esfuerzos en infraestructura, talento y regulación. Solo así el país podrá posicionarse como un líder en el comercio internacional y aprovechar al máximo sus ventajas competitivas en un mundo cada vez más interconectado.