La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se encuentra en medio de una crisis de seguridad que ha llevado a varios planteles a suspender actividades. Esta situación se desencadenó tras el asesinato de un estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) campus Sur el pasado 22 de septiembre. La conmoción y el miedo han llevado a los estudiantes a manifestarse, exigiendo a las autoridades universitarias una mayor atención a la seguridad en los campus. En este contexto, se han anunciado paros en diversas escuelas y facultades, así como la transición de algunas actividades a modalidades en línea.
La respuesta de los estudiantes ha sido contundente. En al menos ocho planteles de la UNAM, se han programado paros que van desde la suspensión total de actividades hasta la realización de clases en línea. Esta medida busca no solo expresar el descontento por la inseguridad, sino también proteger a los estudiantes ante posibles amenazas. Las manifestaciones han sido organizadas por grupos de estudiantes que han utilizado redes sociales para coordinar sus acciones y compartir información sobre la situación.
Los planteles que han decidido sumarse a esta protesta incluyen el CCH Sur, que ha estado en paro indefinido desde el trágico suceso, así como el CCH Oriente, que suspenderá actividades hasta el 2 de octubre. Otros planteles como el CCH Azcapotzalco, la Facultad de Filosofía y Letras, y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales también han anunciado paros en diferentes fechas. La Escuela Nacional de Trabajo Social y la Facultad de Artes y Diseño, plantel Xochimilco, se han sumado a esta ola de paros, mientras que la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza ha optado por mantener sus actividades en línea y a distancia.
### La situación de inseguridad en la UNAM
El asesinato del estudiante del CCH Sur ha puesto de relieve una problemática que muchos en la comunidad universitaria ya conocían: la inseguridad en los alrededores de los campus. Este suceso ha generado un clima de temor entre los estudiantes, quienes sienten que su seguridad no está garantizada. Las autoridades universitarias han sido criticadas por su falta de acción ante las crecientes amenazas y la violencia que se ha registrado en la zona.
Los estudiantes han expresado su frustración a través de diversas plataformas, demandando que se implementen medidas efectivas para garantizar su seguridad. Las redes sociales han sido un canal fundamental para que los estudiantes organicen sus protestas y compartan información sobre la situación. Las manifestaciones han incluido desde marchas hasta la suspensión de actividades académicas, lo que ha llevado a un debate sobre la responsabilidad de la universidad en la protección de sus alumnos.
La comunidad universitaria ha solicitado a las autoridades que se tomen en serio las denuncias de amenazas que han recibido a través de grupos en redes sociales. Muchos estudiantes han reportado sentirse inseguros al transitar por las calles cercanas a los campus, lo que ha llevado a un llamado a la acción por parte de la administración de la UNAM. La falta de respuesta ha intensificado la indignación entre los estudiantes, quienes consideran que su seguridad debería ser una prioridad.
### Respuestas de la administración y el futuro de los paros
Ante la presión de los estudiantes, la administración de la UNAM ha comenzado a emitir comunicados en los que se comprometen a mejorar la seguridad en los campus. Sin embargo, muchos estudiantes consideran que estas promesas son insuficientes y exigen acciones concretas. La falta de confianza en las autoridades ha llevado a un aumento en la organización estudiantil, con grupos que buscan crear un frente unido para exigir cambios.
Los paros programados en los diferentes planteles de la UNAM han sido una forma efectiva de visibilizar la problemática de la inseguridad. A medida que se acercan las fechas de las suspensiones, la expectativa sobre la respuesta de la administración crece. Los estudiantes están decididos a mantener la presión hasta que se implementen medidas que garanticen su seguridad.
La situación actual en la UNAM es un reflejo de un problema más amplio que afecta a muchas instituciones educativas en México. La violencia y la inseguridad han sido temas recurrentes en el país, y la comunidad universitaria no es ajena a esta realidad. La respuesta de los estudiantes ante el asesinato de su compañero es un claro indicativo de que la situación ha llegado a un punto crítico, y que se requiere una acción inmediata por parte de las autoridades.
La comunidad universitaria espera que las autoridades respondan de manera efectiva a sus demandas. Mientras tanto, los paros y las manifestaciones continuarán siendo una herramienta para exigir cambios y garantizar la seguridad de todos los estudiantes. La UNAM, como una de las principales instituciones educativas del país, tiene la responsabilidad de proteger a sus alumnos y asegurar que puedan continuar sus estudios en un ambiente seguro y libre de violencia.