La problemática del ruido aéreo en la Ciudad de México ha cobrado relevancia en los últimos años, especialmente tras el rediseño del espacio aéreo implementado en 2021. Este cambio ha generado un aumento significativo en el ruido producido por las aeronaves, afectando la calidad de vida de los habitantes de diversas colonias en el poniente de la metrópoli. Ante esta situación, un colectivo ciudadano ha tomado la iniciativa de trabajar en conjunto con las autoridades aeronáuticas para buscar soluciones efectivas que minimicen el impacto del ruido en la salud de la población.
**Colaboración entre Vecinos y Autoridades**
El colectivo “Más Seguridad Aérea, Menos Ruido”, que agrupa a más de 60 colonias y asociaciones vecinales, ha estado en constante diálogo con la Agencia Federal de Aviación Civil y Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam). En reuniones recientes, se ha reconocido la viabilidad de algunas de las propuestas presentadas por los vecinos, lo que ha llevado a la apertura de una mesa técnica de diálogo. Esta mesa tiene como objetivo equilibrar la salud y bienestar de la población con la seguridad operacional de las aeronaves que sobrevuelan la Ciudad de México.
Uno de los puntos destacados en estas reuniones ha sido la revisión de alternativas para las trayectorias de salida de las pistas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Se están considerando nuevos parámetros de vuelo más eficientes que podrían reducir significativamente el número de personas afectadas por el ruido aéreo. El colectivo ha expresado su satisfacción por la apertura mostrada por las autoridades, quienes han reiterado que la seguridad de las operaciones aéreas es una prioridad.
**Impacto del Ruido Aéreo en la Salud**
Los estudios realizados por los vecinos y especialistas han documentado los efectos adversos del incremento de vuelos sobre zonas densamente pobladas. Se ha encontrado que el ruido aéreo supera los parámetros recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece un límite de 45 decibeles durante el día para no afectar la salud. Entre los problemas reportados se incluyen alteraciones en el descanso nocturno, afectaciones a la salud cardiovascular y cognitiva, así como una disminución en la calidad de vida de más de 2.6 millones de personas que residen en las áreas afectadas.
El colectivo ha compartido su experiencia y estudios con las autoridades, lo que ha permitido establecer una agenda de trabajo que incluye la evaluación técnica detallada de las rutas de salida propuestas, la preparación de propuestas de llegada para disminuir el impacto acústico en la zona poniente, y la creación de un comité que incorpore a representantes ciudadanos en las fases correspondientes del rediseño. Además, se busca fortalecer la cooperación con especialistas en ruido y seguridad aérea, lo que podría resultar en un enfoque más integral y efectivo para abordar esta problemática.
La colaboración entre los vecinos y las autoridades es un ejemplo de cómo la participación ciudadana puede influir en la toma de decisiones y en la implementación de políticas públicas que buscan mejorar la calidad de vida de la población. A medida que avanza el diálogo y se implementan las propuestas, se espera que se logren avances significativos en la reducción del ruido aéreo y en la protección de la salud de los ciudadanos.
El compromiso del colectivo “Más Seguridad Aérea, Menos Ruido” con un diálogo respetuoso, técnico y colaborativo es fundamental para construir soluciones que garanticen vuelos seguros y comunidades saludables. La situación actual exige una atención urgente y un enfoque proactivo para mitigar los efectos del ruido aéreo, y la colaboración entre vecinos y autoridades es un paso en la dirección correcta.