La exploración de Marte ha dado un giro fascinante con el reciente descubrimiento de extrañas manchas en el interior del planeta, que podrían ser los vestigios de su antiguo embrión planetario. Este hallazgo, realizado por la sonda InSight de la NASA, ha sido objeto de un estudio publicado en la revista ‘Science’, el cual sugiere que nuestra comprensión sobre la formación de planetas rocosos como Marte, Venus y la Tierra podría estar a punto de cambiar radicalmente.
Los planetas rocosos del sistema solar se formaron hace aproximadamente 4.500 millones de años, cuando el polvo y la roca que orbitaban alrededor del joven Sol comenzaron a aglomerarse bajo la influencia de la gravedad. Marte, al igual que sus vecinos, experimentó colisiones cataclísmicas con objetos del tamaño de planetas enteros, lo que liberó una cantidad de energía suficiente para fundir grandes partes del joven planeta y generar vastos océanos de magma. Según Constantinos Charalambous, autor del estudio del Imperial College de Londres, a medida que estos océanos de magma se enfriaron y cristalizaron, dejaron atrás fragmentos de material con composiciones distintas que ahora se detectan en las profundidades de Marte.
Las anomalías sísmicas detectadas por la misión InSight revelan que el manto de Marte no es liso como se pensaba, sino que contiene grumos rugosos de fragmentos antiguos de hasta 4 km de ancho. Estos fragmentos son considerados fósiles geológicos que preservan la violenta historia temprana del planeta. A diferencia de la Tierra, donde la tectónica de placas recicla constantemente la corteza y el manto, el interior de Marte está sellado bajo una corteza exterior estancada, lo que ha permitido que estos vestigios permanezcan intactos durante miles de millones de años.
Los astrónomos han podido identificar estas protuberancias al analizar datos de ocho martemotos detectados por el módulo de aterrizaje InSight. Entre estos, se incluyen dos eventos provocados por recientes impactos de meteoritos que dejaron cráteres de casi 150 metros de ancho. El módulo de aterrizaje está equipado con instrumentos que detectan ondas sísmicas en Marte, las cuales viajan a través del manto. Los investigadores notaron que las ondas sísmicas de frecuencias más altas tardaban más en llegar a los sensores del módulo desde el lugar del impacto, lo que indica que el interior del planeta es más grueso de lo que se había asumido anteriormente.
Este descubrimiento no solo proporciona información sobre la historia de Marte, sino que también tiene implicaciones significativas para nuestra comprensión de otros planetas rocosos en el sistema solar. La mezcla de fragmentos de la corteza y el manto del planeta, junto con restos de los objetos impactantes, ha creado un interior complejo que se asemeja a una mezcla de ingredientes en una receta de brownies. Sin embargo, a pesar de esta mezcla, la falta de actividad tectónica ha impedido que Marte alcance una uniformidad completa en su estructura interna.
La investigación sobre Marte continúa siendo un área de gran interés para los científicos, ya que cada nuevo hallazgo puede ofrecer pistas sobre la formación y evolución de los planetas en nuestro sistema solar. La misión InSight ha sido fundamental en este sentido, proporcionando datos valiosos que ayudan a desentrañar los secretos del planeta rojo. A medida que se realizan más estudios y se obtienen más datos, es probable que nuestra comprensión de Marte y su historia geológica siga evolucionando.
En resumen, los recientes hallazgos sobre las anomalías sísmicas en Marte no solo revelan la complejidad de su interior, sino que también abren nuevas preguntas sobre la formación de otros planetas rocosos. La ciencia detrás de estos descubrimientos es un recordatorio de que aún hay mucho por aprender sobre nuestro sistema solar y los procesos que dieron forma a los cuerpos celestes que lo componen. Con cada nueva misión y cada nuevo estudio, nos acercamos un poco más a comprender la historia de Marte y su lugar en el cosmos.