La economía mexicana enfrenta un panorama complicado en 2025, marcado por una notable desaceleración en el consumo privado. Según un reciente informe de Moody’s, el consumo ha perdido dinamismo y se encuentra en terreno negativo, lo que refleja un cambio significativo en el comportamiento de los consumidores. Este fenómeno no solo afecta a los hogares mexicanos, sino que también tiene repercusiones en la economía en general, especialmente en un contexto de incertidumbre comercial con Estados Unidos y una disminución en el flujo de remesas.
**Impacto de la Relación Comercial con Estados Unidos**
La estrecha relación comercial entre México y Estados Unidos ha sido un factor determinante en la actual desaceleración del consumo. A medida que las tensiones comerciales aumentan y se vislumbran nuevos aranceles, la confianza de los consumidores en México ha caído drásticamente. Moody’s señala que, a diferencia de otras economías de América Latina, donde el gasto de los hogares se ha mantenido positivo, México muestra una mayor vulnerabilidad. Esto se debe, en parte, a la dependencia del país de las remesas, que han sido un soporte clave para el consumo en años recientes.
La caída en el consumo privado se ha visto exacerbada por un mercado laboral estadounidense más débil, lo que ha llevado a una disminución en las remesas enviadas a México. Este flujo de dinero es crucial para muchas familias mexicanas, y su reducción impacta directamente en su capacidad de gasto. A pesar de que el salario mínimo ha aumentado y los ingresos reales han mejorado, la incertidumbre económica limita el gasto de los hogares.
**Recuperación Lenta y Desigual en la Región**
A pesar de la caída en el consumo privado en México, otros países de la región están experimentando una recuperación más sólida. Por ejemplo, en Chile, el consumo privado ha repuntado durante el segundo trimestre de 2025, impulsado por transferencias fiscales y un mercado laboral robusto. En Brasil y Colombia, el consumo se mantiene alineado con el crecimiento económico general, lo que contrasta con la situación mexicana.
La diferencia en el desempeño económico entre México y sus vecinos se debe a varios factores, incluyendo políticas fiscales y la estabilidad de los mercados laborales. Mientras que los bancos centrales de la región enfrentan un margen limitado para estimular la actividad económica debido a la persistencia de la inflación, el Banco de México ha optado por reducir el ritmo de recortes de tasas de interés. Esta decisión busca apuntalar la economía, aunque los resultados aún son inciertos.
Moody’s también ha destacado que, a pesar de las mejoras en las calificaciones de empresas vinculadas al consumo en México, Brasil y Chile, las tensiones comerciales y la pérdida de impulso económico seguirán presionando sus ingresos y métricas crediticias en los próximos meses. Esto sugiere que, aunque hay signos de recuperación en algunos países, México podría enfrentar un camino más difícil hacia la estabilidad económica.
**Desafíos Futuros y Perspectivas**
La situación actual plantea varios desafíos para el futuro del consumo privado en México. La incertidumbre en torno a las políticas migratorias de Estados Unidos y su impacto en el mercado laboral son preocupaciones clave. Moody’s ha advertido que las remesas podrían seguir bajo presión debido a un endurecimiento en la aplicación de la ley fronteriza, lo que podría llevar a una disminución adicional en el flujo de dinero hacia México.
Además, la confianza de los consumidores, que había mostrado signos de recuperación a principios de 2025, podría verse afectada nuevamente si las condiciones económicas no mejoran. La estabilidad del mercado laboral y la apreciación del peso son factores que podrían influir en la confianza de los consumidores, pero la situación sigue siendo volátil.
En resumen, la desaceleración del consumo privado en México es un fenómeno complejo que refleja una combinación de factores internos y externos. La relación comercial con Estados Unidos, la situación del mercado laboral y las políticas migratorias son solo algunos de los elementos que influyen en el comportamiento de los consumidores. A medida que el país navega por estos desafíos, será crucial observar cómo se desarrollan las condiciones económicas y qué medidas se implementan para estimular el consumo y la confianza de los hogares.